Columnistas

Docentes en primera línea

Poco a poco, los docentes de Honduras vuelven al aula para ponerse en primera línea. Esta acción del magisterio es heroica. Igual que los médicos, a quienes reconocemos su valentía y compromiso por salvar la vida de miles de hondureños, los docentes irán a las aulas sin equipo de bioseguridad, solamente llevarán el escudo de una mascarilla y su compromiso de rescatar la patria.

Los maestros van a primera línea para promover en los niños, niñas y jóvenes los valores necesarios para sacar al país del hueco de desprestigio y pobreza en que lo dejaron 12 años de corrupción y narcotráfico gobernando el país. Los profesores se ponen en primera línea para convertir el aula en un espacio de lucha desde donde se deben construir los pilares de una nueva patria.

El magisterio se pone en primera línea para garantizar el derecho a la educación, con el apoyo decidido de los padres de familia, quienes ante el saqueo que sufrieron las finanzas gubernamentales, seguramente tendrán que abastecer los centros educativos de los materiales de bioseguridad necesarios y garantizar los recursos económicos básicos para acondicionar en sus condiciones pedagógicas mínimas las aulas deterioradas por tantos años de abandono.

Los docentes se ponen en primera línea con la esperanza de que el gobierno, encabezado por Doña Xiomara Castro, pueda tener la posibilidad de desarrollar su plan de refundación de la educación hondureña. La Secretaría de Educación, fortalecida en su cúpula con exdirigentes magisteriales de prestigio, luchadores incansables de mejores condiciones laborales para los docentes y defensores de los derechos de este gremio, es un reconocimiento gubernamental de la importante y necesaria participación del magisterio para refundar Honduras.

Los docentes vamos a primera línea en nuestras aulas en medio de esta pandemia que no termina y que amenaza permanentemente la vida de los hondureños, con la complicidad de la pobreza y el deteriorado estado de los centros educativos que carecen en su mayoría de los servicios básicos e insumos para garantizar la bioseguridad. En primera línea estarán miles de docentes que aun con enfermedades de riesgo atenderán presencialmente a su alumnado, estos merecen un reconocimiento especial.

Los docentes y el alumnado vamos a las aulas, con la seguridad de la afirmación indiscutible de nuestro héroe Francisco Morazán que “la sencilla educación popular es el alma de las naciones libres” y la conciencia fortalecida por la sonrisa y sueños de los niños de esta Honduras urgida de transformación.