Dolores llega puntual al hospital, que es un edificio abandonado por la indolencia e inoperancia estatal que corroe todo el aparato del sector salud.
Ella logra entrar por el portón carcomido lleno de óxido, amarrado con cuerdas y un vigilante con la mano en el revólver la hizo pasar. Ingresó cruzando aquella bandera desteñida, apretada entre las 5 estrellas agónicas y por una huelga de médicos y enfermeras que son sometidos al régimen corrupto e impune que es peor que la misma enfermad que ellos tratan. Atravesó los fríos pasillos y caminó hacia el corredor de gente abandonada a la suerte del turno. La señito esperó y luego fue llamada por el médico que hizo las preguntas de
rigor clínico:
− Nombre.
− Dolores Esperanza.
− ¿Tiene algún padecimiento?
− El país entero me duele.
− Me refiero a algo del cuerpo.
− Sufro por el sistema
de salud.
− Bueno, ¿dígame cuál es su indisposición?
− Mi dolencia es creer que después del saqueo haya una solución, más allá de las condenas, que segurito este nuevo Código Penal puede ser premiado como el mejor libro de la década. Porque hace tiempo están saqueando la salud y dejándola moribunda en huesos y desnutrida, carcomiendo todas las administraciones de gobierno. Yo sé doctor, que todo está alterado. Pero el sufrimiento tiene síntomas físicos al igual que el dolor y la fatiga; porque estoy cansada de esta desdicha de protección social y de la burla que se hace a los compatriotas. Mis síntomas no son psicoemocionales, eso que ustedes le llaman miedo, ansiedad, ira y todo lo que han desarrollado en sus estudios con el fin de disfrazar la verdad: ¡Me están matando!
− Mire doñita, la experiencia del padecimiento es la vivencia de un proceso que implica cambios o modificaciones de un estado previo.
− No me diga cosas que no entiendo, lo único que creo es el robo que se ha hecho sin una sola explicación de ninguna autoridad, ustedes mismos operan con las uñas y con intuición de la ciencia hacen valer sus diagnósticos, ya que ni equipo hay en estos hospitales, mire en lo que quedó en el Seguro Social, pues aquí estamos peor, allá hicieron la patarata de un juicio, en cambio, aquí no hay culpables, nadie se refiere a nada, solo el Consejo Nacional Anticorrupción (CNA) ha destapado ese maldito virus que formó metástasis en la Secretaría de Salud, donde detectó 800 millones de lempiras. ¡Y no vaya a creer que es política, son cuatro gobiernos los que han arrasado con esto!
− Calma seño, no deje que la conducta del malestar domine
su organismo.
− El que tiene que controlar los organismos infectados de inmoralidad es el Estado y los operadores de ese sistema que también disimula la epidemia que consume al país entero. La consulta terminó.
Para Dolores no hubo recetas ni medicamentos. Las enfermedades las cura la muerte. Sin embargo, la corrupción está más viva que nunca.