En 1980, la Corte Suprema de Estados Unidos falló que el gobierno estadounidense había tomado ilegalmente las Colinas Negras de Dakota del Sur, el sitio del Monte Rushmore, de los sioux lakota. La corte ordenó al gobierno pagar a los lakota el precio inicial de la tierra más intereses. La corte no ordenó a Estados Unidos desalojar y devolver la tierra a los indios. ¿Cómo podría? Un cuarto de millón de estadounidenses viven actualmente allí.
Afortunadamente los sioux rechazaron el dinero. El pago generaba tantos problemas como los que solucionaba. Los sioux no surgieron mágicamente de las Colinas Negras. De hecho, los sioux poseyeron las Colinas Negras por menos tiempo que los Estados Unidos. Los sioux tomaron la tierra de los cheyenne a finales del siglo XVIII. Si Estados Unidos pagaba a los propietarios anteriores, ¿no deberían los sioux pagar a los cheyenne? ¿Y no deberían los cheyenne pagar a los kiowa y a los crow, quienes poseían la tierra antes que los cheyenne? ¿Y qué hay de los comanche y los arapaho, quienes también reclamaron el territorio antes que los kiowa y los crow, quienes a su vez lo perdieron ante los cheyenne y estos ante los lakota, quienes lo perdieron ante Estados Unidos?
Hasta hace unos 75 años, se reconocía el derecho de conquista. Si tomabas tierras y podías mantenerlas el tiempo suficiente, eran tuyas. La gente continuó creciendo, explorando y conquistando.
Una motivación de muchos colonizadores occidentales fue la riqueza, pero no la única. Especialmente en las culturas influidas por el cristianismo, con alguna frecuencia estuvieron motivados por ideales más elevados. La prueba es que la mayoría de ellos no solo no se enriquecieron, sino que se empobrecieron personalmente por sus esfuerzos.
Tradicionalmente la izquierda etiqueta a todos los vencedores de la historia como los beneficiarios injustos del colonialismo. Pero la frase pierde sentido cuando se considera que cada régimen y sociedad tribal en la historia se estableció por colonizadores de un tipo u otro. En otras palabras, desde Adán en el Jardín del Edén, ninguna población surgió del suelo por sí sola. Las fronteras, naciones y regímenes han cambiado a lo largo de la historia a medida que las personas se multiplicaron, expandieron y se trasladaron.
Los conquistadores, en ocasiones fueron ladrones y saqueadores, pero también a menudo estuvieron motivados por ideales más elevados. Cinco años antes de que Colón cruzara el océano azul, el imperio azteca, que había conquistado numerosas tribus, sacrificó a decenas de miles de víctimas a su demonio patrono en el transcurso de solo 4 días.
Hernán Cortés fue testigo de estos sacrificios cuando llegó en 1521 a la capital azteca de Tenochtitlán. Los sacerdotes aztecas abrían el pecho de las víctimas sacrificiales y ofrecían sus corazones aún palpitantes como sacrificio a los demonios antes de patear sus cuerpos muertos por los escalones del templo. Afortunadamente, Cortés conquistó a los aztecas, detuvo los sacrificios humanos e introdujo a los nativos al cristianismo. Quienes se oponen a los sacrificios humanos deberían considerar esto como un desarrollo inequívocamente positivo. Si pudieras escoger: ¿por quién hubieras preferido ser colonizado, por cristianos o aztecas?
