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Balanza cambiaria de Honduras

Los bancos centrales se encargan de llevar un registro sistemático de las entradas y salidas de moneda extranjera (divisas) a fin de determinar en cualquier momento su oferta y demanda y con ello, tener una idea bastante cercana y de ser posible, exacta, sobre el “precio” de esas monedas en términos de moneda nacional.

Muy rápidamente, hemos descrito con esas palabras, el tipo de cambio monetario. La balanza cambiaria es un registro de caja que permite en el cortísimo plazo tener certeza de los ingresos de divisas en los diferentes renglones económicos de un país con el resto del mundo; se debe contabilizar lo recibido por concepto de exportaciones de bienes y servicios; así mismo las transacciones de renta; los ingresos por conceptos como las inversiones, desembolsos de préstamos (deuda pública o privada); recursos donados; y por supuesto, las entradas por remesas fundamentalmente las familiares.

Como contraparte contable, se sigue el mismo procedimiento para calcular los egresos o usos de divisas para importaciones y salidas de capital del país en los diferentes renglones de gasto.

En el caso específico de Honduras, la balanza cambiaria ha tenido un comportamiento histórico bastante balanceado incluso, hasta superavitario. A pesar de todas las dificultades y carencia de políticas públicas apropiadas, el país ha venido generando divisas suficientes. Para el caso, en el año 2022, los ingresos de divisas fueron US$19,354 millones, un tanto superiores a los egresos que fueron US$19,318; Una diferencia pequeña pero suficiente de US$36 millones.

En otras palabras, la economía nacional en sus vinculaciones con el exterior, logró suplir la cantidad de divisas que se necesitaron para realizar las transacciones de compra de bienes y servicios importados; las empresas extranjeras que invirtieron en el país lograron también sacar sus ganancias (casi US$2,000 millones por año) convirtiendo estos valores de lempiras a dólares estadounidenses o a las otras monedas.

Adicionalmente, se contó con la cantidad suficiente de divisas para realizar los pagos de deuda externa (tanto pública como privada) contraída con acreedores extranjeros. En el año 2021 se llegó a tener incluso un superávit todavía mayor (US$97.2 millones) entre US$16,601.9 millones en ingresos de divisas frente a US$16,504.7 millones en egresos. Si se respetara debidamente las leyes del mercado, ese equilibrio o incluso superávit en la balanza cambiaria hondureña, debería de traducirse en una estabilidad duradera del tipo de cambio.

No obstante, la tendencia ha sido a devaluar la moneda a pesar de que si el tipo de cambio es un precio, al haber un equilibrio entre oferta y demanda de divisas, el precio de la divisa no debería moverse ni hacia arriba ni hacia abajo a menos que la demanda o la oferta de divisas fuesen distintas en su cantidad. Únicamente cuando la demanda de divisas es mayor que la oferta, se justificaría una devaluación monetaria dada la “escasez” de dólares, lo que empujaría su precio o tipo de cambio al alza, en términos de lempiras.

En el momento actual, ciertamente el país está enfrentando un problema de insuficiencia en la oferta frente a la demanda de divisas. Hasta el mes de octubre de 2023 se contabilizan ingresos por US$15,094 que es menor a los egresos (oferta) calculados en US$15,935.5 millones. Lo anterior explica en gran parte las quejas de parte de los interesados en comprar dólares para importaciones y otros fines. Urgente tomar medidas de corto y largo plazo.