Escuchaba anoche en las noticias que los dirigentes del transporte urbano estaban muy alegres porque el Congreso Nacional aprobó en su sesión extraordinaria ampliarles los subsidios para el pasaje de los usuarios del servicio de transporte urbano, y evitar con ello un incremento a las tarifas.
Los dirigentes del transporte habían amenazado con parar el pésimo servicio que brindan a la población, la próxima semana, si no les aprobaban los subsidios.
Y ¡eureka!, los diputados corrieron a cumplir con sus deseos. Lamentable, pues los congresistas no actúan con la misma diligencia en la atención de otros problemas que afectan a la población. Es cierto que el transporte es básico para la movilización de la mayoría de la población que requiere de este servicio para su movilización, pero también es cierto que ese es el peor servicio que prestan.
Solo quienes lo usamos sabemos lo precario que es el servicio y los temores que nos inundan cada vez que debemos abordar una unidad de esas.Si los diputados hicieran un día el ejercicio de usar el servicio como personas comunes y corrientes se darían cuentan de la triste realidad a la que nos enfrentamos los usuarios todos los días, pero eso es soñar despiertos.
Esta solo es una queja y la única que queda satisfecha con escribir estas líneas soy yo, pues la problemática no es nueva y siempre se ha denunciado, pero igual, no importa quienes gobiernen, siempre es lo mismo. Los transportistas son los que ganan y se salen siempre con la suya.
Y eso no es justo, porque es con nuestros impuestos que se está favoreciendo a un pequeño grupo de personas en detrimento, incluso, de la vida de quienes no tenemos otra opción que usar ese servicio.
¿Cuando será el día que un gobierno se amarre bien los pantalones y les obligue a cumplir con las mínimas medidas de seguridad de los usuarios del transporte?