Cartas al editor

Ser una empresa confiable

Recientemente recibí el mejor cumplido que he recibido en mucho tiempo. Estaba hablando con una de las proveedoras de servicios de mi compañía, quien dijo que confiaba en nuestra empresa implícitamente. Ella conoce la forma en que manejamos la compañía, así como sus procesos y sistemas, y sabe que puede confiar en nosotros en nuestro trabajo. Por ejemplo, ella hizo referencia a los muchos años de trabajar juntos sin ningún problema.

Ella recordó la ocasión en que se le había olvidado cobrarnos un pago que teníamos programado hacer un año después de haber completado un servicio. Aunque no recibimos ninguna factura de su parte, aun así, la llamamos para pedirle su factura. Hicimos el pago a tiempo ya que es parte de nuestro proceso.En un mundo en el que las cosas cambian constantemente, podemos crear instituciones que sean oasis de confiabilidad.

El concepto simple de ser consistentemente confiables atrae a las personas, socios y clientes a una organización. Estas organizaciones trabajan y, si hay un problema, la compañía lo resuelve. De cierta forma, nuestras empresas pueden existir como una versión de lo que nos gustaría ver en todas partes. Estas no tienen que ser perfectas; operar de la mejor forma posible y resolver los problemas que se presenten es suficiente. Esta visión no es idealista; tiene perfecto sentido en los negocios.

Como clienta, busco trabajar con compañías justas, bien administradas y transparentes. De la misma forma, los clientes, proveedores e inversionistas buscan lo mismo en mi compañía y en otras.Siempre es grato encontrar y trabajar con una institución que busca lo mejor para sus aliados. Cuando ya has logrado desarrollar la relación y la confianza, surge un sentido de buena voluntad mutua. Los pequeños malentendidos se perdonan con facilidad, y hay más espacio para desarrollar relaciones amplias que funcionan a largo plazo.