Si hay una fecha que celebran los hondureños con gran entusiasmo es el Día de la Madre. Como dice el himno, “es la más alta expresión del amor”. Pero debemos reconocer también que en nuestro país es muy común que las abuelas asuman el rol de madres, por múltiples razones, una de ellas, el embarazo en adolescentes, que en Latinoamérica es de alta incidencia.
Entonces son muchas las abuelas a las que les toca asumir esa responsabilidad, ya que estas niñas no están listas para ser madres en su pleno contexto. Hay casos curiosos como el del actor de Hollywood Jack Nicholson, quien creció creyendo que su madre era su abuela y a la que él veía como su hermana realmente era su madre.
A mí me tocó la fortuna de convivir por unos años cuando era niño, junto a mis hermanos y primos, bajo los cuidados y consejos de mi abuela materna. Cuando mis padres se fueron por unos años a la gran nación del norte. Recuerdo que fueron años muy especiales, para mí es correcto que también en esta fecha algunas abuelas reciban muestras de cariño como corresponde, pues fueron ellas a las que les tocó desvelarse y hasta lidiar con las travesuras típicas de la infancia.
Las abuelas asumen un rol crucial en la crianza del bebé, de los niños y hasta adolescentes, ofreciendo apoyo emocional y hasta económico. Mi abuela me enseñó a “regatear” con los verduleros o carniceros en el mercado y también a apuntar en la mano el encargo para ir a la pulpería, pues era común que ella me encargara unas cosas y yo regresara con otras.
“Baboso, ven para acá”, me reclamaba. “Te dije ‘10 semitas, una bolsa de café, 6 huevos y una papa’ y me trajiste ‘10 tortillas, un Tang, 6 papas y un huevo’, ven, te anoto en la mano lo que me tenés que traer y vas y venís volando, baboso”. Ese sabio consejo de mi abuela fue de mucha utilidad en mi época de estudiante. Entonces, ¡felicidades a las abuelas que también son madres en su día!
