Quizás el título lo has leído en varios muros a nivel nacional, o como consigna en pancartas de manifestaciones, pero en realidad conlleva un mensaje bastante profundo, y es que, sin duda alguna, el tener un pueblo educado evitaría este derramamiento de sangre, sangre de inocentes que a diario se derrama en el país, mártires que luchan por sus derechos, víctimas de los atropellos y el odio de fuerzas policiales y militares, ya no hay quién pueda proteger al pueblo mas que el pueblo.
Ahora voy hablar de unos viles y despreciables seres, de los Equus asinus con uniforme, aquellos que solo pasaron por la escuela, bueno los pocos que pasaron por ella, repito pasaron por ella, nada más, ¿qué necesidad hay de disparar a un joven estudiante? El futuro médico, el futuro artista, el futuro de la nación, enfrentando una lucha desigual, ideas contra balas... No es posible que la máxima casa de estudios del país, la que ya cuenta con acreditación internacional, permita este tipo de situaciones en su campus, y es que si este tipo de situaciones se siguen permitiendo, la autonomía quedará igual de violada que la Constitución de la República, y es que si los soldados tuvieran educación estas cosas no pasarían, pero apenas saben leer y escribir, su capacidad de razonar es corta, y con trajes bien equipados y con entrenamiento, se supone, le tienen miedo a estudiantes con piedras y por eso les disparan, solo en Honduras se miran estas cosas.
La educación va de la mano también junto con los valores, estos que los miembros uniformados no conocen, pues de pequeños nunca les leyeron un cuento, quizás tenían que trabajar desde pequeños para ayudar a sus padres, y como el país no tiene oportunidades, ingresan a estas instituciones del Estado, que en vez de suplirlos de libros les enseñan a manejar un fusil. Tenemos a Costa Rica de ejemplo, se interesó por educar a su gente, y se han ahorrado muchos conflictos, pero como acá la honradez es escasa, prefieren mantenernos a todos bajo la sombra de la ignorancia y que sea siempre el pueblo quien pague las consecuencias.
No queremos más estudiantes muertos.