La sabiduría del nuevo siglo hace énfasis de lo que decía el cónsul de Roma, Marco Tulio Cicerón, quien hablaba de la agricultura como “la profesión propia del sabio, la más adecuada al sencillo y la ocupación más digna para todo hombre libre”.
Ahora el Poder Ejecutivo pone a disposición de las Fuerzas Armadas cuatro mil millones de lempiras del presupuesto del Estado, vía PCM 052-2019, para hacer “avanzar con éxito el agro hondureño”. Seguridad nacional y seguridad alimentaria, ahora estas líneas son campos de acción de los militares, es claro que saben de todo, ni lo duden porque les cae troleada. Esos recursos deberían de ser puestos en las manos de los campesinos y las cooperativas campesinas como créditos o bonos, en construcción de sistemas de riego, tractores, motobombas e insumos agrícolas, herramientas.
Ya, las funciones de las Fuerzas Armadas de Honduras, siendo una institución nacional de carácter permanente, esencialmente profesional, “apolítica”, obediente y no deliberante, de y para defender la integridad territorial y la soberanía de la República, mantener la paz, el orden público y el imperio de la Constitución, los principios de libre sufragio y la alternabilidad en el ejercicio de la Presidencia de la República quedaron en el olvido.
Honduras cuenta con la “capacidad y la experiencia en combate contra el narcotráfico. La capacitación y entrenamiento militar en el fortalecimiento de la agricultura crean un vínculo de cooperación internacional técnico militar y ahora la agrícola para el desarrollo será un pilar fuerte de las Fuerzas. Los enfoques ecológicos más populares de la agricultura, comúnmente conocido como el agrarismo, serán un tema fortalecido.
Mas parece que fuera pago por los servicios prestados o un pago en especies por sostener a don Juan Hernández en el poder. En la actualidad, los Estados latinoamericanos presentan grandes similitudes en sus problemáticas internas, por esta razón se debe implementar la cooperación internacional para el desarrollo y el bienestar de cada Estado.