Eso es lo que sentimos miles de capitalinos que vemos impotentes cómo los pocos bosques que hay alrededor de la ciudad son destruidos por la mano criminal del hombre que les mete fuego, como lo dicen las autoridades y no yo. Me parece inconcebible que haya personas que vayan a meterle fuego al bosque, ya sea porque así lo deciden de manera personal o porque les pagan. ¿Tendrán conciencia del daño que le causan a la ciudadanía e incluidos a ellos mismos y a sus propias familias? También parece increíble que las autoridades digan que esos incendios son provocados, pero no haya ni una tan sola persona presa, ni una tan sola. Esperemos que el invierno empiece pronto para que no sigan destruyendo lo poco que se tiene, solo eso nos queda. Hay que pedirle a Dios que así sea.