Interesantes las publicaciones por diferentes medios de difusión de distintas instituciones; FF AA, Cuerpo de Bomberos, alcaldías municipales, incluyendo la participación de centros educativos, en la reforestación de áreas que la necesitan y, especialmente, las que fueron dañadas por incendios forestales, liderados en su mayoría por el ICF.
Las preguntas son: ¿desde cuándo se han estado reforestando las áreas forestales?, ¿cuántas hectáreas se han restaurado a la fecha?, ¿cuántas hectáreas reforestadas se protegieron de los incendios forestales este recién pasado verano?, ¿las áreas reforestadas son de tenencia nacional, privada o municipal?, ¿hay compromisos de sus propietarios de proteger dichas áreas?, ¿las áreas reforestadas son previamente preparadas?, ¿se ha dado prioridad a la reforestación de microcuencas donde ocurrieron más de 242 incendios y en las áreas protegidas 289 incendios?, ¿hay registro geográfico de las diferentes plantaciones por especie?, ¿cuánto se ha invertido a la fecha por estos esfuerzos de restaurar áreas forestales?, ¿no creen que es más efectivo formar conciencia sobre la importancia del bosque en todas sus dimensiones para la vida humana donde cada ser humano considere la necesidad de restaurar el bosque y cada planta se garantice su prendimiento que requiere un mínimo de 5 años?, ¿no creen qué podría ser más efectivo buscar cómo revertir la actitud de la población del campo en la necesidad de conservar el bosque, donde comiencen por proteger los bosques que aún tenemos?,
y ¿podría ser más sostenida la reforestación al hacerse a solicitud de aquellos que tienen áreas de vocación forestal despobladas de vegetación? Para lograr lo anterior, se necesitan políticas de incentivos que ayuden en el campo en crear conciencia conservadora y analizar los resultados en la incidencia de incendios, porque mientras no cambiemos estas actitudes, los esfuerzos de restauración del bosque serán siempre inútiles.