La gran mayoría de los hondureños espera con ansias el fin del presente año y el inicio de uno nuevo, porque el que está por culminar ha sido extremadamente difícil.
En el 2011 el gobierno continuó distrayendo su valioso y costoso tiempo en el reconocimiento internacional lo cual provocó el descuido de los problemas económicos, sociales y de seguridad del país.
De acuerdo a las cifras del gobierno creció el desempleo y subempleo como producto de la baja inversión nacional y extranjera, lejos de atraer más maquilas o nuevas empresas varias de ellas emigraron a Nicaragua atraídas por mejores condiciones.
Al flagelo de una economía paupérrima se suma la enorme inseguridad y delincuencia organizada que siguiendo las estrategias de Colombia y México ha comprado policías, jueces y fiscales, entre otros, para asegurar su impunidad.
A medio término del gobierno de Lobo Sosa, el presidente viajero, lejos y en el olvido quedó el demagógico eslogan de “Trabajo y seguridad”, además, la actual administración pareciera prestarle poca atención a las calificaciones que prestigiosas organizaciones internacionales atribuyen a Honduras como uno de los países de mayor corrupción, inseguro y pobre en el continente.
La pesadilla del mal gobierno de Zelaya parece haberla heredado su paisano.
Por ello, con esperanzas se vislumbra el 2012, porque existe un sentimiento respecto a que la situación no puede ser peor.
Además, quizás al calor del inicio de la campaña política se produzcan algunas rectificaciones, se tomen las decisiones que se han venido postergando, especialmente en el tema de seguridad, talvez el candidato del presidente, obligado a mejorar su posición en las preferencias, aconseja mejor al mandatario para que por fin tome el control de la nave y comience a gobernar con seriedad.
En estos momentos que muchas personas definen sus nuevos propósitos y metas, ojalá que en las alturas de la administración Lobo Sosa se definan rutas precisas para salir del abismo en que está el país y que la sociedad civil organizada despierte de ese largo sueño.