Hablar de educación técnica en nuestro país es mencionar, en primera instancia, al Instituto Técnico Luis Bográn (ITLB).
La historia de la educación técnica media en nuestro país se remonta a 1890, en el gobierno del Gral. Luis Bográn, cuando se fundó la Escuela Nacional de Artes y Oficios, creada para atender la falta de mano de obra en la minería y dirigida por el maestro de origen guatemalteco Pedro Nufio, productivo de la nación.
En el gobierno de Villeda Morales (1957-1963) la institución pasa a llamarse Instituto Técnico Vocacional; fue en 1971, en el gobierno de López Arellano, que se le dio el nombre de Instituto Técnico Luis Bográn.
Han sido 123 años de vocación y servicio a la patria, formando cuadros profesionales con competencias requeridas por el ambiente laboral.
Muchos lapsos de la indiscutible trayectoria institucional se han extraviado de los archivos memoriales de los “grandes” administradores de la educación; quienes desconocen la importancia y aporte que pueden brindar estas instituciones.
La funcionalidad del centro depende en gran parte del apoyo presupuestario para hacer más eficiente el desarrollo de la praxis educativa en aulas, laboratorios y talleres.
Las tradiciones adheridas a las neuronas de la institución se mantienen vigentes por décadas y adornan la delicadeza, eficacia y desarrollo del proceso enseñanza aprendizaje en los diferentes espacios pedagógicos.
La población estudiantil que circula por los pasillos y jardines del conocimiento técnico del centro, se caracteriza por la transparencia y sueños profundos de contribuir con la patria; su mayoría tiene orígenes en escenarios marginados, llenos de desigualdad e injusticia social; sin embargo, se esmeran por adquirir las competencias profesionales que les permitan insertarse en el mercado laboral o pasar a formar parte de las estadísticas de la población universitaria activa.
Son muchas las singularidades del ITLB; su beligerancia en las luchas gremiales, el elevado perfil en materia tecnológica de sus docentes, el entusiasmo de sus estudiantes, su exclusivo compromiso con la sociedad.
Es tan noble la institución que opera sin presupuesto gubernamental, sin la inversión necesaria y urgente en infraestructura, actualización de maquinaria y equipo, incluso en la constante formación y actualización del talento humano para que vaya en sintonía con los avances tecnológicos, y de esa manera adecúen la metodología de enseñanza a los cambios constantes.
Instituciones como el Técnico Luis Bográn, de vasta experiencia en la formación técnica, deben ser sujeto de análisis para la innovación de métodos de trabajo, implementación de las nuevas tecnologías de información y comunicación en sus áreas funcionales; así como la constante actualización del equipo tecnológico para hacer más eficiente la práctica educativa.
Para lograrlo se requiere mayor compromiso, establecer convenios y acuerdos con organismos de apoyo, crear y fortalecer vínculos con el sector productivo del país, sin obviar el apoyo económico del gobierno central.
Solo bajo esta visión podremos avanzar como institución centenaria y pionera de la educación técnica media, aportando constantemente al progreso del país.