Con antiguos recipientes plásticos y de lata, varias familias campesinas de la comunidad Los Nuevos Colorados han logrado diseñar máquinas para procesar el estiércol de caballo.
Esta es la materia prima que les genera abono y fertilizantes orgánicos para sus huertos familiares.
Pero la técnica aprendida no daría los resultados esperados si no contaran con el principal apoyo para procesar la materia que defecan las bestias, conocidos como lombrices californianas, las que a su vez se reproducen y se convierten en alimento para las gallinas y peces que crían las familias.
Pedro Pablo Herrera, campesino, explicó que él es uno de los que comenzó con el proyecto. “Esto es efectivo ya que activa la microbiología de los suelos y cultivos, lo que hace que se produzcan hortalizas sanas sin contaminación química”, dijo el productor.
Herrera en la actualidad posee una plantación de rábano, remolacha y chile en el patio de su casa, la cual ha sido abonada y fertilizada con el estiércol de equinos.
La técnica que ha logrado Herrera junto con varias familias de la zona sur ha sido proporcionada por técnicos del Instituto Nacional de Formación Profesional, (Infop).
El instructor de la institución estatal, Óscar Giacolethy, dijo que se ha comenzado a capacitar a los productores para que aprovechen materias primas locales para mejorar sus cultivos y a su vez eviten el abuso de químicos. Con este grupo de obreros se contempla lograr la producción de humus de lombriz.
El humus se produce de la digestión de materiales orgánicos por parte de las lombrices y posee altas propiedades como mejorador de las propiedades físicas del suelo. Y es que en estas comunidades se puede lograr una recolección abundante del estiércol de caballo. “Un país con tanta crisis como Honduras debe comenzar a producir alimentos sin químicos”, expresó Giacolethy.
Extensión del proyecto
Como parte del proyecto se involucrarán a las familias que se encargan de la recolección de la basura en la ciudad de Choluteca ya que cuentan con caballos que les proporcionarán la materia prima para que comiencen a producir los insumos para sus huertos familiares.
Según Giacolethy, los cocheros pueden recolectar el estiércol de sus caballos y los desechos orgánicos que producen las familias de la zona sur, y a su vez tendrán mejores desperdicios para producir abono orgánico hasta para la venta, el cual tiene gran demanda en países desarrollados.
Unos 80 cocheros han comenzado a capacitarse para que formen parte del programa.
Pobreza
De acuerdo con un reciente informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el 47.9 por ciento de las familias de Choluteca se encuentran en situación de inseguridad alimentaria.
Esto significa que no logran contar con los alimentos necesarios para nutrirse. Las familias más afectadas, según FAO, son aquellas que carecen de medios de producción.
La canasta básica en el sur para una familia de seis miembros tiene un costo de 6,198 lempiras, sin embargo, el ingreso mensual de las familias pobres cubre apenas el 35 por ciento de los productos.
El departamento cuenta con más de 90,000 hogares, según la última encuesta del Instituto Nacional de Estadísticas (INE).