Honduras

La Casa Juan Pablo II es su Ángel de la Guarda

Este noble proyecto busca sacar de las garras de la drogadicción a todos aquellos que tienen la voluntad de cambiar para siempre sus vidas y encontrar un nuevo porvenir

07.04.2014

Desde los quince años, el consumo de drogas y alcohol era para Roberto Escobar Vallejo, parte de su vida.

Esta adicción estuvo con él al menos catorce años, causando diversos problemas tanto a nivel familiar como personal.

En la actualidad Roberto tiene tres años de haber dejado las drogas y el alcohol y con mucho orgullo comenta: “He recuperado el control de mi vida”.
Escobar es uno de los 15 jóvenes que se han podido rehabilitar en la Casa Juan Pablo II, en la ciudad de El Paraíso.

La iniciativa es un proyecto más que desarrolla el padre Ferdinando Castriotti, párroco de la iglesia San Juan Bautista, en colaboración con el sacerdote Antonio Mazzi, presidente de la Fundación Exodus, de Italia.

El centro de rehabilitación fue inaugurado hace tres años y medio y se encuentra ubicado en el lugar conocido por los pobladores de la ciudad de café como El Sitio de Muñoz, específicamente en el kilómetro 114 de la carretera Panamericana hacia la frontera de Las Manos.

En la actualidad, Roberto es un ejemplo de superación para los muchachos que se encuentran en proceso de rehabilitación, ya que gracias a su fuerza de voluntad y la convicción de salir adelante está por concluir la licenciatura en psicología.

“Mi vida ha cambiado de gran manera, ahora tengo un trabajo estable, digno, y lo más importante es que ayudo a los muchachos que como yo han caído en ese problema y que también tienen la oportunidad para salir”, mencionó el entrevistado.

La Casa Juan Pablo II cuenta hasta la fecha con 25 jóvenes en proceso de rehabilitación, de los cuales cinco ya están listos para su reinserción a la sociedad.

Nico Parasmo, encargado de la Casa Juan Pablo II, mencionó que el programa de rehabilitación está basado en cuatro ejes fundamentales, entre las que se destacan trabajo, deporte, música y voluntariado.

“En cuanto al tema de trabajo, hemos concluido días atrás con una cosecha de sandías, frutos que al venderlos nos sirven para agenciarnos de fondos y poder mantener el proyecto a flote”, comentó.

Y es que la estancia de los jóvenes en el centro de rehabilitación es completamente gratis, y lo único que los muchachos deben hacer es involucrarse en las actividades que aquí se desarrollan.

Es así que en los próximos días se comenzará a desgranar una parcela de maíz que fue cultivado con el apoyo de los jóvenes, y un porcentaje de esta cosecha servirá para la alimentación de los mismos.

“En una parte de la propiedad se ha sembrado frijol, en otra zona estamos criando unas 40 ovejas que nos regalaron y dos vacas que en la actualidad nos están produciendo cerca de un quinto de leche diario, una parte la vendemos y la otra la consumimos”, explicó Parasmo.

Apoyo técnico

El apoyo técnico en la cosecha de los productos alimenticios que se cultivan en el centro, es vital para el entrevistado, ya que solo en comprar concentrado para las vacas se les iría una gran cantidad de dinero.

“Diariamente tenemos que ver cómo les damos de comer a los animalitos, ya que ellos nos generan un poco de ganancias para hacerle frente a los gastos para el mantenimiento del centro”, mencionó el encargado.

En este sentido, el pago de los servicios públicos es un problema para la institución, puesto que solo en la luz eléctrica se gastan casi 2,500 lempiras mensuales.

La donación, por parte de la población, de enseres y productos para la higiene personal reduciría de gran manera los gastos del centro.

Con la producción que se genera en el centro, el encargo logra pagar parte de los gastos de este, pero siempre se necesita de las donaciones que se envían desde Italia, lo cual no es un monto fijo.

“Los muchachos que asisten al centro comprenden mediante el trabajo que desarrollan en la institución, que todo cuesta en la vida y que la mejor manera de conseguirlo es a través del sudor de su frente, pero también necesitan ayuda, por lo que la donación de la población es importante”, dijo Parasmo.

Asimismo, mencionó que el objetivo de las autoridades del centro es que en unos años más, Casa Juan Pablo II sea completamente autosostenible.

Enfoque de la energía

En la Casa Juan Pablo II, los muchachos desarrollan diversas actividades, tanto deportivas como culturales.

En este sentido, los jóvenes participan tres veces a la semana en partidos de futbol, los cuales se llevan a cabo en el predio del centro.

Las actividades culturales no se quedan fuera del programa, es así que en los últimos años han participado en concursos nacionales de teatro obteniendo muy buenos resultados.

“Los muchachos enfocan su energía en estas actividades, el deporte y la cultura los hacen olvidarse por un momento de los problemas y temores que pasan y se concentran en hacer bien su trabajo, lo que les ayuda a tener más confianza en sí mismos”, mencionó Parasmo.

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