La labor de los socorristas no conoce horarios ni feriados: "Solo se piensa en salvar vidas"
Los rescatistas y socorristas operan sin importar la fecha, pero con una enorme voluntad de procurar el bien ajeno, incluso a costas del propio. En Semana Santa están en puntos estratégicos
- 14 de abril de 2025 a las 00:00
Tegucigalpa, Honduras-. Mientras en esta Semana Santa los hondureños disfrutan de las playas, de las montañas y de la familia, unos seis mil socorristas de la Cruz Roja y del Cuerpo de Bomberos resguardan la vida de los demás, así como sus bienes y propiedades.
Operan sin límites de horario y sin esperar nada a cambio. Algunos de los que auxilian les dicen gracias, otros no, pero los salvavidas se van a casa con la satisfacción de haber servido. Eso no les llena sus bolsillo, pero les hace rebosar su espíritu solidario.
Yanci López, subgerente de gestión de riesgos de la Cruz Roja Hondureña, detalló que en este periodo de vacaciones esa institución desplazó 3,000 voluntarios en más de 260 puestos de socorro a nivel nacional, igual cantidad lo hizo el Cuerpo de Bomberos.
Están en las carreteras, en los centros o corredores turísticos o en las playas, "considerando que parte de nuestros servicios es el rescate acuático, la parte prehospitalaria, la parte de primeros auxilios psicosociales, y sin dejar de lejos todo lo que hacemos día a día con nuestro banco de sangre", describió.
Según López, la captación de sangre también es de gran importancia tomando en cuenta las múltiples incidencias que se dan para esta temporada. Por otro lado, destacó que además del recurso humano, la Cruz Roja tiene listos en el área de salvamento 143 ambulancias y 16 embarcaciones.
El año pasado "prácticamente tuvimos 18 muertes por sumersión y dos personas en accidentes viales y en ese sentido nosotros lo que tratamos es de minimizar los riesgos. En esta labor hay miles de voluntarios que se sacrifican para evitar tragedias", recordó.
Compromiso
Carlos Chandía es uno de los rescatistas más veteranos que tiene la Cruz Roja hondureña. Ingresó a la institución como voluntario el 22 de julio de 1982 en Juticalpa, Olancho. Primero fue socorrista y conductor voluntario de ambulancias. Diez años después logró su permanencia. En los 43 años que tiene como socorrista lo ha visto todo.
No lleva un número de cuántas personas ha auxiliado, de cuántas ha salvado, o a cuántas ha llevado a los centros asistenciales. Las estadísticas no son su fuerte, tampoco espera la gratitud, su mayor satisfacción es haber servido y seguir haciéndolo a sus 55 años de edad.
Su primera experiencia fue en un accidente de la línea de Transportes Aurora que se registró en la década de 1980 en el lugar denominado La Talanquera, donde murieron entre 18 y 20 personas.
"En aquel tiempo solo contábamos con una ambulancia y nos dirigimos a la zona y sacamos los heridos y los muertos. Fue algo muy impactante", relató.
"En este tipo de eventualidades, a los socorristas nos une el espíritu de humanidad, de solidaridad. En esos momentos uno se desentiende de todo y solo se piensa el salvar vidas, en correr con las víctimas para los hospitales mas cercanos", explicó Chandía.
Recordó su labor en los huracanes Mitch, Agatha, Catrina, Eta y Iota, que golpearon fuertemente a Honduras dejando muertes y destrucción.
Con los años y la instrucciones recibidas, Chandía se volvió un experto en seguridad acuática. "La Cruz Roja es una institución humanitaria y tiene muchas áreas en que labora su personal, de acuerdo con su especialidad" explicó.
A sus 55 años de edad, él no piensa en retirarse. Sus energías están centradas en el rescate.
"Esta Semana Santa vamos a estar en la carretera porque también me desempeño en el área de conductor y como instructor del personal para el manejo de vehículos de emergencia", añadió.
Vocación
Según Óscar Triminio, portavoz del cuerpo de bomberos, esta institución también tiene distribuidos alrededor de tres mil bomberos voluntarios y permanentes en todo el país dar protección a las personas y a sus bienes.
Todos están en puntos estratégicos, desde los equipos de rescate acuático, de rescate en carreteras, hasta aquellos elementos que tienen que sofocar los incendios forestales y estructurales. "Aquí hay hombres y mujeres comprometidas con servir", explicó.
Entre esta gente única sobresale el teniente Bomberos Carlos Bonilla, con 27 años de servicio. "Cuando el huracán Mitch (1998) yo tenía 18 años, ahora voy sobre los 45. Me considero un ser especial, porque no cualquiera puede ser bombero. Ser bombero es algo vocacional", consideró.
"Mientras unos corren, nosotros vamos al auxilio; mientras unos gritan, nosotros llamamos a la calma; mientras otros lloran, nosotros llamamos a nuestra fortaleza emocional para poder ser parte de la solución en un momento de crisis", comentó.
"Como bomberos, como seres humanos, tratamos siempre de dar y hacer siempre lo mejor de nosotros. Nuestras técnicas, nuestros procedimientos, nuestros protocolos siempre van dirigidos a salvaguardar la vida, a proteger bienes y propiedades", meditó Bonilla.
El Cuerpo Bomberos tiene personal capacitado, especializado en dar atenciones en momentos críticos, en salvaguardar bienes, vidas y propiedades. "Hemos sido entrenados, instruidos para poder dar esperanza, una nueva oportunidad de vida y también darle la gloria y la honra a Dios", valoró.
Para él, es difícil dejar a la familia para centrarse en una labor de protección y salvamento, pero "sabemos que tenemos un propósito acá en la tierra. Nacimos para ser bomberos, para dejar una huella, un legado y siempre con disciplina, honor y abnegación".
En tiempos de movilizaciones masivas como la Semana Santa el horario de los socorristas voluntarios y permanentes se intensifica. "En el caso de los bomberos estamos en las playas, ríos, balnearios, en las carreteras, en los incendios forestales, así como en aquellos estructurales", detalló.
Luego viene la temporada de invierno, cuando la vulnerabilidad del país lleva a que los entes de socorro también tengan que redoblar esfuerzos.
"La sociedad nos necesita y ahí estaremos siempre para servirle sin horario y siempre con toda nuestra voluntad", describió Bonilla.
Trabajo coordinado
Para el comisionado policial Melvin García, en esta Semana Santa todos los entes de socorro y la Policía están empleando el talento humano en un cien por ciento. Además de los elementos de la Cruz Roja y Bomberos, un total de 24,000 funcionarios policiales buscan proteger a los veraneantes y también sus bienes en su comunidades, detalló.
La policía tiene actualmente más de 300 puntos de control, coordinados con el Comité Nacional de Prevención de Movilizaciones Masivas (Conapremm). Todo es un trabajo coordinado en la protección de los turistas internos y extranjeros.
"El hecho de que salgamos con toda nuestra logística por los diferentes sectores del país no significa que abandonamos las ciudades, siempre habrá agentes patrullando y dispuestos a dar respuesta en barrios y colonias", explicó García.
La Semana Santa entra hoy en su mayor apogeo y los socorristas en una mayor faena, cuando los empleados de la empresa privada, los que sostienen la economía hondureña, entran en su periodo de descanso y desplazamiento por todo el territorio nacional.
Los rescatistas aguardan en puntos estratégicos con la única misión de todos los hondureños puedan regresar con bien a sus hogares