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Tegucigalpa, Honduras.- A 117 kilómetros de Tegucigalpa, por la carretera que conduce al departamento de Olancho, se encuentra el pintoresco pueblo de El Porvenir.
Aunque pertenece al departamento de Francisco Morazán, este lugar parece olvidado por las autoridades, especialmente cuando se trata de cumplir promesas hechas en nombre del desarrollo local.
Una de esas promesas no cumplidas provino de Una Honduras en Paz (Hondupaz), una organización no gubernamental (ONG) que fue seleccionada por el diputado Jari Dixon Herrera, del partido Libertad y Refundación (Libre), con el objetivo de reparar una calle clave del pueblo.
El proyecto tenía como propósito mejorar un tramo de apenas 200 metros, pero de enorme importancia simbólica y funcional: la vía que conduce al cementerio municipal.
Los pobladores la llaman, con resignación y algo de humor negro, “la calle de los muertos”. Por allí desfilan los cortejos fúnebres, a pie o en vehículos, entre baches, piedras sueltas y lodo.
“Parece un camino de herradura”, comentó uno de los vecinos durante un recorrido realizado por el equipo de EL HERALDO Plus.
Lo más irónico es que otras calles del casco histórico ya han sido reconstruidas con cemento hidráulico, un material duradero y costoso, lo que hace aún más evidente el abandono de esta vía fúnebre.
Según documentación revisada por este medio, entre 2023 y 2024 el diputado Jari Dixon, quien se autodenomina “diputado gestor”, solicitó al Congreso Nacional la asignación de 600,000 lempiras para la ejecución del proyecto. El presupuesto fue aprobado, pero la obra nunca se realizó.
A escasos metros de la alcaldía municipal, el abandono de la calle no pasa desapercibido. El alcalde José Luis Rubí Acosta, también del partido Libre, no se encontraba en su oficina el día de la visita de este medio. Sin embargo, personal de la municipalidad dio declaraciones en su ausencia.
“Sí, hubo una gestión por parte del diputado y de la ONG, pero no se concretó por falta de acuerdos”, explicaron funcionarios municipales que prefirieron no ser identificados.
A pesar de pertenecer al mismo partido político, la falta de coordinación entre el diputado Jari Dixon y el alcalde Rubí Acosta fue un factor determinante en el fracaso del proyecto.
“Es una vergüenza, nos prometieron que iban a arreglar esta calle y nada. Desde hace años venimos escuchando lo mismo. Ya perdimos la cuenta de los políticos que han prometido repararla”, lamentó una vecina del lugar.
“Más bien pobre del alcalde, le ha tocado solo. Ese diputado, yo creo que ni conoce El Porvenir”, agregó.
La historia de la “calle de los muertos” en El Porvenir es apenas una muestra del abandono institucional que sufren muchas comunidades rurales en Honduras.
Aunque los recursos fueron gestionados y aprobados, la falta de planificación, transparencia y voluntad política terminó por enterrar —una vez más— las esperanzas de los habitantes.
Mientras tanto, los funerales seguirán avanzando entre piedras y charcos. Y los vivos, cargando a los muertos, continuarán esperando que algún día las promesas se conviertan en obras.
Consultada por EL HERALDO Plus, la presidenta de Hondupaz, Elena Rodríguez, confirmó que el proyecto fue redestinado a otra comunidad ante la falta de coordinación con la municipalidad de El Porvenir.
“En ese sector... bueno, en el área de El Porvenir, la alcaldía solo mandó la solicitud, pero nunca envió el perfil del proyecto ni definió la contraparte municipal”, explicó Rodríguez.
“A diferencia de otros lugares como Guaymaca, donde la alcaldía sí aportó materiales y mano de obra, en El Porvenir no hubo compromiso claro”.
Ante esta situación, Hondupaz redirigió los fondos a la colonia Divanna, en el Distrito Central, donde actualmente se ejecuta el mejoramiento de un parque comunitario.