Bordas de El Salvador exponen las malas obras construidas en Alianza, Valle
Al menos 5,000 personas en Alianza, Valle, continúan expuestas a inundaciones provocadas por el río Goascorán, cuya fuerza se intensifica cada año durante la temporada de lluvias
- 19 de junio de 2025 a las 00:00

Valle, Honduras.- Honduras ha dejado que el río Goascorán haga lo que quiera, formando un enorme cauce que además de inundar a cientos de familias, también ha llevado cocodrilos, mientras del lado de El Salvador dan ejemplo de cómo se solucionan los problemas.
Unas 5,000 personas en Alianza, Valle, sufren cada año los embates del río Goascorán, cuyas crecidas recurrentes generan inundaciones que afectan viviendas y cultivos. La falta de obras de mitigación adecuadas en el lado hondureño agrava la situación.
Este afluente, que sirve como línea divisoria entre Honduras y El Salvador, es caudaloso, ancho y peligroso en tiempos de lluvias, porque sus aguas, que corren hacia el Golfo de Fonseca, en el Pacífico, arrastran destrucción.
Del lado de Honduras, el municipio de Alianza es el más afectado, en especial la comunidad de El Cubulero. Aguas arriba, el paso hacia la Costa de los Amates queda interrumpido para 16 aldeas y caseríos.
EL HERALDO Plus navegó en lancha los caminos por donde regularmente transitan los habitantes de la zona, así como los potreros donde pasta el ganado, donde caminan las gallinas y los cerdos.
El agua permanece sucia y se ha metido a las casas sin pedir permiso, pero las personas ya saben qué hacer. Cuando se anuncia la llegada de una crecida, se trasladan al segundo nivel, mientras que quienes viven en una sola planta evacuan a casa de familiares que habitan en lugares menos vulnerables.
Tanto en Alianza como en la mayor parte de Honduras, se sabe que el problema es recurrente, pero lo más lamentable es que el país se ha quedado atrás con las obras de mitigación, mientras que El Salvador ha ejecutado proyectos que sí dan resultados.
Faustino Manzanares, alcalde de Alianza, declaró a EL HERALDO Plus que hasta la tarde de ayer, al menos 5,000 personas estaban vulnerables a inundaciones o a quedar incomunicadas, ante la falta de obras de mitigación.
Aparte de la contaminación y suciedad que arrastra el río, también deben estar atentos a cualquier ataque de los temidos cocodrilos, que se escabullen entre el amplio caudal del ahora peligroso afluente.
Obras de El Salvador
Manzanares fue claro al reconocer que la problemática en Alianza se debe a la falta de obras de mitigación en el lado de Honduras, ya que El Salvador sí ha logrado controlar el problema en el departamento de La Unión.
La inversión que se requiere para solucionar el problema es millonaria. La municipalidad no tiene la capacidad de hacerla; debe provenir del gobierno central, pero con proyectos bien estructurados.
“Esto es por falta de obras de mitigación; sabemos que somos vulnerables y hemos dejado que el río haga lo que quiera, mientras que El Salvador en su momento hizo unas bordas y las engavió. Eso hace que el agua rebote y se venga para donde nosotros”, alertó.
Consideró que Honduras debe hacer lo mismo en el sector de Calpules, en la borda que fue destruida por el río el año anterior. “Si no se hace eso, va a seguir avanzando el problema y vamos a tener más problemas con los años que vengan”, destacó.
Manzanares recordó que el gobierno actual, por medio de la Secretaría de Infraestructura y Transporte (SIT), hizo una borda, que con las primeras lluvias fue destruida, mientras que el paso inundable, que era para mantener comunicada a la Costa de los Amates, rápido es cubierto por el agua.
Contó que ellos, como municipalidad, le pidieron apoyo al Programa Nuestra Cuenca y a la Cooperación Suiza, quienes hicieron un estudio y además las recomendaciones de qué tipo de obras se deben hacer en ese lugar, pero en la SIT no lo tomaron en cuenta y ahora se observan las consecuencias.
“Al final ellos dijeron que iban a hacer sus estudios, sus trabajos, y el resultado es que el río se los deshace, se los bota. No sé si será la mala construcción, un mal diseño o el tipo de material que están utilizando”, cuestionó el alcalde.
Recuperar el cauce
Mientras un grupo de pescadores de El Salvador, resguardado por militares de ese país, buscaba camarones y peces a la orilla del río Goascorán, las autoridades municipales de Alianza se detenían en lo alto de la borda de tierra destruida, impotentes, porque solo les queda ver cómo el agua busca las zonas vulnerables.
Rodil Gallegos, presidente del Comité de Emergencia Municipal (Codem) de Alianza, expresó que el punto medular de la problemática es donde comienza el cauce de Ercilia, es decir, donde está un tramo de borda destruida de más de 50 metros de largo.
Señaló que el problema es que los expertos de la SIT utilizaron material que no era el adecuado, como tierra de cerro y piedras porosas, que no fueron suficientemente fuertes para detener las potentes aguas que bajan desde el departamento de La Paz, por el río Goascorán.
Coincidió en que “El Salvador hizo unas bordas bastante robustas, y eso ha hecho que el mismo río busque el lado hondureño para desembocar en el mar”.
En medio de la frustración y la desesperanza, los habitantes de Alianza ruegan a las autoridades del gobierno por una solución definitiva para paliar la crisis que se repite todos los años.
Este municipio es una joya de Honduras, que a pesar de estar en la frontera con El Salvador, ha sido olvidado. Pero sus pobladores trabajan a diario en plantaciones de plátano, producción de lácteos y ganado, así como en agricultura, para no dejarse vencer.
ETIQUETA DE TRANSPARENCIA: Este artículo fue revisado y aprobado por un editor con ayuda de un asistente de inteligencia artificial.