Crisis en Costa de los Amates: inundaciones, cocodrilos y esperanza en medio del caos
Las comunidades de Costa de los Amates enfrentan inundaciones severas, sin paso en vehículo, cruzando en lancha para viajar y transportar productos
- 18 de junio de 2025 a las 00:00
La Costa de Los Amates, en Alianza, Valle, se vive una crisis recurrente cada temporada lluviosa. La crecida del río Goascorán ha vuelto a aislar a sus comunidades, dejándolas en un estado de emergencia. A continuación las crudas imágenes de la situación que están atravesando los pobladores.
Según relataron habitantes de la zona en entrevista con EL HERALDO, la principal dificultad que están enfrentando es la falta de paso de vehículos, obligando a los residentes a cruzar en lanchas para acceder a servicios básicos como compra de alimentos y traslado hacia los centros educativos.
Jaime Reyes, un poblador de la zona, comentó: "La situación es igual todos los años aquí en la Costa de los Amates. La crecida del río nos deja aislados, y no hay solución a la vista."
Para muchos pobladores, la llegada en lancha se ha convertido en la única opción para transportar productos como plátano, leche y camarón, además de las personas que deben acudir a sus trabajos o colegios.
Padres de familia denuncian que los estudiantes cruzan a los centros educativos en estas embarcaciones exponiendo sus vidas en aguas "llenas de cocodrilos y peligro".
Los pobladores aseguran que en estas aguas infestadas de cocodrilos, cualquier intento de cruzar representa un riesgo mortal. La presencia de estos animales aumenta durante las inundaciones. "Aquí todo está infectado de cocodrilos, si quisiera una persona pasarse por el río expone su vida", relató un habitante de El Cubulero.
En un llamado a las autoridades, un residente expresó: “Queremos que nos ayuden, que cumplan con las promesas, como el puente de hamaca o el embanderillado de alcantarillas que prometieron.”
El Cubulero, una de las vías principales, se ha convertido en una laguna gigante, atrapando a quienes intentan salir o entrar a la comunidad.
Habitantes denunciaron que desde el lunes a las 11:00 p.m., las lluvias intensas provocaron una inundación que aún no retrocede.
Casi 36 viviendas están completamente anegadas y muchas personas han perdido sus enseres.
La crecida del río, que todos los años desborda su cauce, desviándose. Ha dejado incomunicadas a 16 comunidades, afectando a más de 5,000 personas.
Las casas están casi sumergidas, con electrodomésticos dañados y las familias buscando refugio en las partes más altas, mientras los animales también tratan de evitar las aguas peligrosas.
Las gallinas, cerdos y el ganado buscan zonas seguras, alejadas de los cocodrilos que merodean en las zonas inundadas y que representan una amenaza constante.
Aunque los habitantes mencionados que no ha llovido por la mañana, las alertas meteorológicas anuncian lluvias en las próximas horas, lo que podría empeorar la situación.
Jelson Adalid, un poblador, expresó: “Si llueve otra vez, en una hora todo estará cubierto de agua. La gente está muy nerviosa, esperando que pase la tormenta.”
Helder López, del Comité de Emergencia Local (Codel), informó que 40 casas y 56 familias están afectadas, además de cientos de personas que viven en la incertidumbre.
La abuela Leopoldina Gómez, de 69 años, relató: “Nos tuvimos que subir a la segunda planta, porque el agua nos cubrió toda la casa. No sabemos cuánto durará esto.”
Faustino Manzanares, alcalde de Alianza, Valle, afirmó que más de 5,000 personas están afectadas y que las obras de mitigación, como bordas y gaviones, no han sido efectivas.
La reciente barda construida por la Secretaría de Infraestructura y Transporte (SIT) en la zona está completamente desbordada, evidenciando la magnitud del problema.
Rodil Gallegos, presidente del Comité de Emergencias Municipal, aseguró que se mantienen en alerta máxima ante la continuidad de las lluvias en las próximas horas.
La comunidad clama por ayuda urgente, tanto en salud, alimentos y obras de infraestructura.
La situación en la Costa de los Amates refleja la vulnerabilidad de las comunidades ante el cambio climático y la falta de inversión en infraestructura.
Mientras tanto, los habitantes continúan enfrentando los peligros de una naturaleza desbordada, con la esperanza de que las autoridades escuchen su llamado y actúen con prontitud.
La comunidad espera que las autoridades no solo prometan, sino que cumplan, y que en cada temporada de lluvias puedan enfrentar esta problemática de manera definitiva.