Un día no nos ajustó para disfrutar del mar, las aves, los atardeceres y las comidas del Golfo de Fonseca

Buscamos los atractivos de Cedeño y San Lorenzo en el Golfo de Fonseca de Honduras, pero el día se nos terminó en medio del océano, volviéndose una experiencia extrema como para contarla toda la vida.

Un bello atardecer vivió el equipo de EL HERALDO Plus cuando salía de las profundidades del Golfo de Fonseca.

mié 4 de octubre de 2023 a las 0:0

6:21 min. de lectura

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- A las 8:00 de la mañana el calor ya quemaba la piel en la capital, teníamos en mente mostrar qué se puede hacer en un día en Cedeño y San Lorenzo, al sur de Honduras, pero en realidad el tiempo se consumió como en un reloj de arena.

Tomamos la carretera CA-5 Sur que está en buenas condiciones, pasamos viendo las eólicas de Santa Ana y por la recta de La Trinidad, donde han instalado un balneario y a veces se coloca un retén policial.

Antes de llegar a la Sabanagrande decidimos detenernos a comer un desayuno típico, con huevo estrellado, plátano frito, frijoles machucados, mantequilla, jamón o carne -depende de las preferencias- con un aromático latte, que lo sirvieron decorado con un corazón en el centro.

Ya recargados decidimos irnos de un solo a Marcovia, Choluteca, donde sabíamos que Cedeño se está quedando sin playa, pero que hay más opciones, así que buscamos el desvío hacia El Edén, una de las playas más visitadas en la zona sur.

$!La playa El Edén en el sector de Cedeño es de las más visitadas por los turistas que viajan a la zona sur.

En la carretera hacia Marcovia nos encontramos con ganado en medio de la calle, que los aldeanos llevaban a los potreros en busca de pasto, también enormes lagunas productoras de camarón y sal, además de hermosos paisajes.

Al llegar a la costa, tomamos la vía de acceso -de terracería-, un trabajador de un negocio nos detuvo y pidió que nos metiéramos a la playa Los Cocos, pero estaba vacía, pues la gente siempre busca más adelante.

Volvimos a buscar la calle de tierra y al llegar al final del tramo nos encontramos con don Benjamín Velásquez, que muy amablemente nos condujo por un puente de madera, bajo la fresca sombra de unos arbolitos hasta tener de frente el impresionante mar Pacífico.

$!En el camino hacia Marcovia existen hermosos paisajes.

Familias enteras de diferentes partes del país como Olancho, de la capital y de Trojes, El Paraíso, disfrutaban de una deliciosa mañana refrescándose en la playa de arena gris.

El clima era altamente cálido y la sed provocó que nos tomáramos un refresco antes de comenzar a recorrer los bellos lugares que son de los más accesibles para las capitalinos y hondureños de otros departamentos.

Don Benjamín expresó que la playa de El Edén están en condiciones para recibir a los visitantes desde las 6:00 de la mañana hasta las 8:00 de la noche en este Feriado Morazánico, en un ambiente seguro, con deliciosos mariscos y en un ambiente sano.

Mientras toda la familia disfrutaba del mar, David Espinoza junto a su esposa caminaban por la arena que se refrescaba con el agua salada que enviaba las olas, asegurando que es un lugar atractivos para salir de vacaciones.

El equipo de EL HERALDO Plus, compuesto por el fotográfo Marvin Salgado y el conductor Aníbal Vásquez, que también tomaba fotografías profesionales, continuó su recorrido por la playa.

$!Esta pareja nos contó que viajó desde Trojes, El Paraíso, para disfrutar del mar del pacífico.

Al fondo dos hermosas jovencitas coqueteaban con las olas y buscaban un poco de sol para broncearse en un día de escape para botar el estrés.

Astrid y Lithzzy se montaron a una motocicleta, salieron de Choluteca hacia El Edén, donde se pusieron sus trajes de baño y se lanzaron al mar.

“La playa es muy rica, refrescante y hay un muy bonito ambiente, aquí se puede comer de todos los mariscos: pescado, camarones ceviche, los curiles, y también hay lanchas”, comentó Astrid a EL HERALDO Plus con una sonrisa de verano.

Según los comerciantes de la zona, los pescados fritos tienen un valor de entre 120 y 180 lempiras, igual los platos de camarones o sopas marineras que se sirven en las champas.

$!Astrid y Lithzzy llegaron en moto desde Choluteca a disfrutar de las refrescantes playas.

Una emplumada ave se deslizaba por el espejo del océano, mientras un cangrejo o canecho, como le conocen el sur, también se daba un chapuzón a la orilla de la playa.

Cuando ya nos veníamos una lancha de pescadores aceleró el motor y salió para atracar a la orilla de la playa, iban cargados de pescados, que fueron comprados por los dueños de restaurantes, para estar preparados para esta Semana Morazánica.

Aventura

Pasado el mediodía decimos ir a San Lorenzo, sin saber lo que nos iba a pasar, pues nuestra intención era ver los hermoso atardeceres, el anidamiento de las aves marinas, los manglares y experimentar la calidad de la gente, pero el tiempo cada vez se acortaba.

$!Las chicas posaron para la cámara de EL HERALDO.

Lo primero que hicimos fue reunirnos con Elmer Sierra, presidente de la Plataforma de Turismo para la Ruta del Sol en el Golfo de Fonseca, quien aseguró que hay muchas experiencias por vivir en la zona sur.

Según el líder turístico, todos se prepararon para atender a los visitantes nacionales, que son los que más se movilizan durante este tiempo para disfrutar de las playas y el ecoturismo.

Sierra nos recomendó ir hacer fotografías del atardecer y el anidamiento de las aves tipo 5:00 de la tarde, cuando el sol desciende y pareciera que se hunde en la profundidad del mar.

Creíamos que teníamos tiempo y decimos ir a buscar almuerzo a Delicias del Puerto, donde su administrador Óscar Reyes dijo que la gente busca mucho los pescados y sopas con precios a 190, 260 y 280 lempiras.

$!El muelle histórico de San Lorenzo es una belleza para ir a ver la grandeza del Golfo de Fonseca.

Pero decimos no comer debido a que el tiempo se agotaba y nos dirigimos a la playa, pasando primero por el muelle histórico, que es un espacio público donde la gente puede ver toda la bahía.

Así llegamos hasta donde estaban las lanchas, faltaban diez minutos para las 5:00 de la tarde y le preguntamos a Ramiro Carrasco, un experimentado navegador, que cuánto valía el recorrido por el Golfo.

Dijo que entre 1,600 y 1,500 lempiras, pasando por el puerto Henecán. Yendo a la Islas de los Pájaros, pasando por la Islas del Amor, “donde llegan dos y regresan tres”, comentó en broma.

$!Foto: Marvin Salgado

“¿Cree que estamos a tiempo a tiempo todavía?”, le preguntamos. “Sí, en media hora se hace el recorrido”, estimó el lanchero y junto a Marvin Salgado decidimos subirnos y vivir esa aventura.

Nos subimos a la embarcación, nos pusimos los chalecos salvavidas y el motor se encendió. Don Ramiro aceleró y la lancha inició a deslizarse por las aguas saladas del Pacífico hondureño.

Pasamos por enfrente del puerto Henecán entre la fresca brisa del mar y la cortina rojiza que se dibujaba en el cielo cuando el sol comenzaba a descender.

De pronto una nube negra comenzó a cubrir el océano, las olas nos comenzaron a golpear de forma agresiva, la luz del día se apagaba y la lancha era golpeada de frente por la corriente.

En cada salto de la embarcación el agua del mar saltaba hacia adentro de la lancha y los rociaba el rostro. Por un momento, pensé, “¿para dónde agarro si nos damos vuelta?”.

“Está bravo el mar, ¿verdad?”, le comenté al conductor de la lancha, quien expresó que a lo lejos que miraba que ya estaba lloviendo, mientras del cielo comenzaban a caer relámpagos.

$!La Isla de los Pájaros es una bonita experiencia para las personas que disfrutan del aviturismo.

Ya nerviosos porque solo se miraba agua y algunas islas cubiertas de manglares alrededor, volví a preguntar: “¿Habrá cocodrilos aquí?”. “No se preocupe amigo, aquí no hay nada de eso, ni los tiburones entran, porque no es agua profunda”, expresó don Ramiro, pero creo que era para calmarnos.

En la proa de la lancha iba Marvin, que por un momento se olvidó de hacer fotografías y se aferró con las dos manos a los agarraderos hasta salir a las aguas menos turbias, en la Isla de Los Pájaros.

La noche caía y las aves volamos como en hilo hacia su nido, muchos buscaban un espacio en las ramas de los árboles, otras se metían en los manglares y algunas hacían hermosas figuras con la contraluz del atardecer, era una belleza que valía la pena vivir.

En ese momento se nos olvidó que andábamos en medio del mar, pero la tormenta se acercaba, la noche llegaba apagando la luz del día, pero ese espectáculo es una experiencia religiosa que solo se puede vivir una vez.

“Vamos a rodear la Isla de los Pájaros, aquí hay varios tipos de aves, garzas, el garzón, el pato aguja y las fragatas que son de las más grandes”, explicó don Ramiro, al tiempo de decir que es un misterio el por qué las aves prefieren esa isla.

La misión era llegar hasta la Isla del Amor, muy cerca de la Islas de Los Pájaros, pero cada día tiene su fin y el naturaleza que es tan sabia, con los relámpagos y rayos nos recomendaba salir del mar.

$!Lo más recomendable es hacer los recorridos por el Golfo de Fonseca temprano, debido a que se está en época de lluvia y por la tarde noche llueve, pero ese es otro espectáculo.

Atrás dejábamos una obra de arte dibujada en el ocaso por las manos del Señor, misma que se borraba a medida salíamos del Golfo y nos acercábamos a las luces eléctricas de los faroles.

Al llegar el malecón de San Lorenzo, una fuerte tormenta comenzó a caer, eran cerca de la 7:00 de la noche, y no nos quedó más que decir: “Gracias, Señor, por sacarnos de esas honduras”.

$!Los pescadores desde la semana pasada abastecieron los restaurantes con los mejores ejemplares del Golfo para la Semana Morazánica.

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