Voto joven, independiente o cruzado: ¿cuál definirá las elecciones?

Los analistas coinciden en que solo aquel candidato capaz de fortalecer su voto duro, atraer a los indecisos y activar a los jóvenes podrá aspirar con seriedad a la victoria

  • 13 de noviembre de 2025 a las 17:00
Voto joven, independiente o cruzado: ¿cuál definirá las elecciones?

Tegucigalpa, Honduras.- En las próximas elecciones generales, la clave no estará en un solo segmento del electorado, sino en la capacidad de los partidos para activar simultáneamente a todos sus frentes: voto duro, indecisos y jóvenes. Esa es la premisa que, según analistas consultados por EL HERALDO Plus, definirá quién puede realmente aspirar a la victoria.

Los expertos advierten que, aunque el discurso público suele concentrarse en la relevancia del voto juvenil y del electorado indeciso, apostar únicamente por estos grupos es una estrategia incompleta.

La competencia electoral exige una operación más ambiciosa: asegurar la disciplina del núcleo partidario, conquistar la duda de los que aún no se deciden y, al mismo tiempo, reanimar a una generación que participa de forma discontinua.

A esta ecuación se suma otra variable decisiva en un escenario político fragmentado: la capacidad de cada candidatura para atraer marcas cruzadas y simpatías prestadas de otras fuerzas. En un mapa electoral tan volátil, ganar no dependerá de quién convenza a más electores, sino de quién logre mover y sumar más voluntades al mismo tiempo.

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Peso del voto joven

De acuerdo al Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), se consideran jóvenes las personas entre los 18 y 29 años de edad.

Las proyecciones poblacionales del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) indican que en el país hay 2.2 millones de jóvenes, equivalente a la tercera parte de la carga electoral, que asciende a 6.5 millones.

En el primero sondeo del Termómetro Electoral, realizado por el Instituto de la Justicia, queda en evidencia la distancia de este grupo con la política. Apenas un 10% asegura estar “muy interesado” y un 15% dice estar “algo interesado”. El contraste es contundente: cuatro de cada diez afirman no tener ningún interés y otro 33% admite que su interés es “poco”.

El abogado y analista Lester Ramírez reconoce que los jóvenes representan un enorme reservorio de votos, pero advierte un problema de fondo: muchos de ellos rechazan a la clase política porque sienten que solo los buscan para inflar cifras en campaña. Una vez en el poder —critican— las promesas se desvanecen y las políticas que podrían beneficiarlos quedan relegadas.

"Los jóvenes se sienten indiferentes y desconectados con la política", indicó Ramírez.

Este pensamiento coincide con los resultados del Termómetro Electoral I, que revela que al 46% de los jóvenes le genera decepción la política y un 16% le es indiferente.

El votante joven también se caracteriza por su falta de afiliación partidaria, entrando a la dimensión de un elector muy independiente.

Según el Termómetro Electoral II, el 36% de jóvenes aseveró no simpatizar con algún partido político en estos momentos. También el 31% de jóvenes aseguró que prefieren votar por propuestas antes que un candidato o partido en específico.

El analista Miguel Cálix Martínez dudó que los jóvenes genuinamente se inclinen por las propuestas. Argumentó que en lugar de propuestas, prefieren dar su voto a quien les transmita confianza, honestidad, credibilidad y cuyas propuestas sean materializables.

"Los jóvenes lo que andan buscando son discursos convincentes, personas convincentes, personas que puedan demostrar con sus hechos vitales lo que han hecho en su vida, qué están dispuestos a ofrecer y promover", mencionó.

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Votantes sin partido

La etiqueta de independiente ya no es patrimonio de los jóvenes. Según coinciden los analistas, esta corriente ha crecido de forma sostenida en todas las edades, unida por el mismo hilo conductor: la decepción con la clase política y la sensación de que ningún partido representa realmente sus intereses.

Ese distanciamiento se confirma en el Termómetro Electoral II, donde un 40% de los encuestados afirmó no sentirse identificado con ninguna organización política.

Los analistas coinciden en que un factor que impulsa al elector independiente es votar en contra de un partido o candidato producto del descontento del incumplimiento de las promesas de campaña.

Cálix añadió que "la gente ya no vota por partidos, sino que vota por figuras; una persona que sepa interpretar o representar sus intereses".

El analista Julio Navarro, atribuyó que la falta de identificación político-partidaria surge porque los electores, jóvenes principalmente, ya no cargan con esa herencia familiar de votar por un partido, destacando que esta tendencia es más notoria en las zonas urbanas.

"El hondureño es más libre para votar, se siente menos arraigado", comentó el también exconsejero del Consejo Nacional Electoral (CNE).

¿Y el voto cruzado?

Una de las manifestaciones más claras de este electorado independiente es el voto cruzado: ciudadanos que pueden respaldar a un candidato presidencial, pero que al momento de escoger diputados o autoridades municipales se inclinan por partidos distintos. Con ello quiebran el voto en plancha que las fuerzas políticas promueven para consolidar su poder en todos los niveles.

Pero este fenómeno tiene implicaciones profundas. Si un partido no logra asegurar coherencia en sus tres niveles —presidencial, legislativo y municipal— puede terminar debilitado institucionalmente y con serios problemas de gobernabilidad.

El analista Cálix recuerda el caso del Partido Liberal en las elecciones de 2021. Mientras los liberales conquistaron 91 alcaldías, acumulando más de 800 mil votos, su candidato presidencial, Yani Rosenthal, apenas alcanzó 336 mil. Una brecha que evidenció la fragmentación interna del apoyo electoral.

Algo similar, pero desde otra arista, ocurrió con Libre. Aunque obtuvo la Presidencia, llegó al Congreso Nacional con solo 50 diputados, lejos de los 65 necesarios para la mayoría simple y aún más de los 86 requeridos para la mayoría calificada.

A perspectiva de Ramírez, el voto en plancha no es antidemocrático, sino es comportamiento electoral tradicional que los partidos buscan aprovechar para tener más curules el Congreso Nacional o alcaldías.

Además, recordó que la elección en el caso de los diputados es proporcional y no directa al ser condicionados por el cociente y residuo electoral.

No olvidar el voto duro

Navarro consideró que no será el voto independiente, ni el voto joven la clave para el partido ganador, sino el voto de su militancia, conocido popularmente como "voto duro".

A su criterio, los partidos Libre y Nacional llevan ventaja en este campo, al ser los dos que más votos acumularon en las elecciones primarias. El Partido Nacional sacó 825,215 votos válidos, Libre 727,783 y el Partido Liberal 656,741 votos. Tomando en cuenta estos datos, Navarro opina que el Partido Liberal no cohesionó su voto duro como se esperaba.

"Las nuevas incorporaciones que tuvo el Partido Liberal tanto de Nasrralla (Salvador) como del señor Cálix (Jorge) no se vieron en las elecciones primarias", afirmó.

En las primarias de 2021 los liberales sacaron 678,370 votos válidos, 21,269 marcas más que en los comicios primarios del pasado 9 de marzo.

Respecto al voto joven, recordó que muchos ya están afiliados a algún partido, y el voto independiente lo califica como "flotante" ya que hasta el día de las elecciones se sabrá a quién beneficiará.

"¿Qué va a pesar mucho en ese voto? El nivel de organización que tengan los partidos el día de la elección", subrayó.

Por su parte, Cálix Martínez enfatizó que el triunfo se centrará en quien acumule más votantes nuevos, jóvenes e independientes sin descuidar a su militancia.

"El voto que va a ser decisivo va a ser el voto de la gente que no está con ningún partido, pero eso de nada sirve si su base partidaria no vota o le da la espalda al final", manifestó.

Bajo ese escenario, sostuvo que en los partidos recae la responsabilidad de hacer que los electores se movilicen, más allá de solo ganar la atención de estos.

Intención de voto y desconfianza

La crisis a lo largo de este año, debido al atraso en el cronograma electoral, el altercado en la distribución de las maletas electorales en las elecciones primarias, y la conflictividad entre los consejeros del Consejo Nacional Electoral, han causado incertidumbre.

En la primera edición del Termómetro Electoral, el 75% confesó sentir ninguna o poca confianza en el CNE.

En adición, en el Termómetro Electoral II, el 54% piensa que las elecciones se verán afectadas por un fraude, y solo un 12% estima que serán "muy limpias".

Los propios actores políticos se han encargado de acusarse mutuamente de querer perpetrar fraude. Cálix advierte que este discurso genere un ambiente de debilitación en el proceso, mientras Lester Ramírez lo atribuye como un intento para desmovilizar al votante.

Navarro aseveró que los señalamientos de fraude imperan en el discurso de los políticos más que la presentación de sus propuestas.

"Todas las irregularidades que se han denunciado en este proceso han servido para que los candidatos no digan qué van a hacer", arguyó.

Seguidamente, lamentó que sean los propios aspirantes quienes pronuncien estas acusaciones cuando son quienes se terminan beneficiando con las elecciones. "Ellos son los que la ensucian con todas esas frases. Ellos deberían de generar confianza", reprochó.

A pesar del clima de inestabilidad, el 63% de entrevistados en el Termómetro Electoral II confirmó que están seguros de ir a votar, el 19% dijo que tal vez y el 15% expresó que no lo hará. Los analistas consultados esperan que se dé una votación masiva el 30 de noviembre.

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Angelo Avila
Angelo Avila
Periodista

Periodista egresado de la UNAH. Con formación en periodismo digital, datos, profundidad y Fact-checking. Disfruta contar narrativas a través de infografías y visualizaciones interactivas y le apuesta a un periodismo de soluciones.