Hay animales de compañía a los que solo les hace falta hablar. Lo que muchos no saben es que nuestros fieles compañeros sí que se comunican y expresan sus estados de ánimo, pero de forma diferente. Para entenderse con su gato, es importante que conozca sus reglas básicas de comunicación.
Traduciendo ronroneos
Las variables básicas que se tienen en cuenta a la hora de clasificar los sonidos que emiten son tres: la duración, la entonación y la intensidad. No es el mismo sonido el de un gato en celo, denominado maullido, que el de un gato que está siendo acariciado, llamado ronroneo.
Hablan con su cuerpo
Los gatos confiados y con liderazgo dentro de la camada suben la cabeza para mostrarse valientes. Cuando un gato nos mira fijamente con sus grandes ojos es para que seamos conscientes de que nos está observando. El gato dilata las pupilas cuando algo le asusta. Si el gato tiene las orejas hacia arriba, significará que es feliz, pero si las dirige hacia delante en ángulo, es porque está molesto. Por otra parte, los bigotes también pueden darnos una pista de su estado de ánimo: estirados y hacia delante, está contento mientras que hacia atrás, tiene miedo. La boca abierta puede ser una amenaza y un síntoma de agresividad, sobre todo si emite algún gruñido.
La cola
Es el mejor diccionario. Cuanto más baja, más triste está el minino. Si la mueve rápidamente es que está enfadado y puede mostrarse agresivo, pero un movimiento suave y pausado es sinónimo de tranquilidad. Si la cola está rígida, debe fijarnos en la punta de la misma: si está quieta, el gato quiere algo; si está recta, está feliz, y si se mueve mucho, está irritado. Hay que tener cuidado cuando el felino arquea e infla su cola, pues puede atacarnos.