Dulce venganza

Louisa Manning, británica de origen colombiano, a sus 12 años sufría lo que muchos niños padecen en su escuela: bullying por su apariencia física.

Por su físico de contextura gruesa, un compañero la molestaba y le decía “bestia”. Louisa dejó de comer y padeció problemas de autoestima por muchos años.

Ahora tiene 22 años. Ya no es aquella niña. Y fue tal su cambio que su antiguo tormento la contactó en Facebook para tener una cita con ella. La respuesta a esta invitación fue insólita: fue al lugar donde quedaron de verse y lo plantó con una contundente carta.

“Hola.

Perdóname por no estar contigo esta noche.

¿Recuerdas cuando hace ocho años te burlabas de mí porque yo era gorda? ¿No? Yo sí. Pasé los siguientes tres años de mi vida comiendo menos de una manzana al día. No volví a cenar.

¿Recuerdas a la niña “uniceja” de la que te burlabas? ¿Las piernas peludas que odiabas? ¿Recuerdas cómo día tras día, por tres años, tu y tus amigos me llamaron “Bestia”? No, quizás tú no lo hagas, o no habrías visto como luzco ocho años después, para que me consideres suficientemente atractiva y así tratarme como un ser humano.

Pensé que te enviaría esto como un recordatorio. La próxima vez que pienses en mí, recuerda a la niña de esta foto, porque es la persona a la que tú humillaste.

Louisa”.

Ella posteó la nota en su Facebook y luego recibió una disculpa por parte del hombre, quien le dijo que era una persona muy diferente ahora y que se merecía todo el éxito que pudiese.