Un infierno vehicular se vivió ayer en las periferias de la capital.
A las 6:00 de la mañana, los conductores de unas 200 unidades del transporte urbano y del servicio ejecutivo apagaron sus motores en pleno carril que conduce del bulevar Comunidad Económica Europea hacia la zona del Metromall, a la altura de Camosa.
La fila interminable de buses estacionados causó un efecto dominó en diversas rutas alternas, que se congestionaron por el pesado tráfico que imperó desde ese momento.
Los operadores de las rutas Loarque, Río Grande y Flor del Campo, exigieron a las autoridades de la Dirección General del Transporte (DGT) el inmediato decomiso de las “unidades fantasmas” que circulan por la ciudad.
Centenares de capitalinos se vieron obligados a caminar hacia sus centros de trabajo y estudio.
“Qué barbaridad que en este país por todo protesten, y nosotros los pobres no tenemos derecho a decir nada”, lamentó Doña Olga Salinas, una sexagenaria que no tuvo más remedio que caminar hasta su oficina. La protesta finalizó hasta las 8:45 de la mañana, cuando el titular de la DGT, Blas Ramos, dialogó con los transportistas.
Buses fantasmas
Los dirigentes del transporte justificaron su acción a la “competencia desleal” que aseguran tener con los microbuses ilegales que circulan por las calles capitalinas.
Los autobuses paralizados portaban gigantescos rótulos con consignas como “ No más bla, bla, Blas.... fuera transporte ilegal”, con dedicatoria al titular de la DGT.
“El único motivo porque protestamos es por el sistema ilegal que atenta contra nuestro rubro. Ya no soportamos tanta competencia desleal”, afirmó Marvin Galo, presidente del Sindicato de Transporte Urbano (STU).
El dirigente recordó que “existe una veda que prohíbe otorgar más permisos de circulación, porque la red vial capitalina está saturada”.
Sin embargo, denunció que existen alrededor de 800 microbuses ilegales que operan en la capital y que les “roban clientela” a los 1,600 buses legales. Galo aseguró que los buses fantasmas han usurpado las rutas que cubren los buses tradicionales, generándoles enormes pérdidas económicas.
“Estos buses utilizan como escudo a muchas colonias, haciendo creer que allí hay necesidad de transporte. Salen con pocas personas y después se apoderan de nuestros corredores”, denunció.
Por su parte, Jorge Lanza, dirigente del transporte de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), aseguró que los operativos que ejecuta la DGT no son efectivos.
“Si fueran efectivos, no estaríamos hoy aquí, no sé por qué no han retirado de nuestras rutas esa gran cantidad de microbuses que se usan hasta para cometer delitos”, sentenció.
Bono insuficiente
Los transportistas aseguraron que el bono compensatorio que el gobierno aprobó la semana pasada, el cual asciende a 292 millones de lempiras, es insuficiente para cubrir sus necesidades. Galo agregó que su prioridad como rubro es cobrar la tarifa real que les corresponde y que, según “estudios”, se eleva alrededor de siete lempiras.
“Si quieren darle el bono a los estudiantes, a los ancianos o a toda la población, está bien, pero a nosotros que nos den nuestra tarifa real”, exigió.
Luego de la protesta, los transportistas sostuvieron una reunión con Ramos, en donde se acordó que a partir de hoy se intensificarán los operativos que ejecuta la DGT a fin de decomisar las unidades fantasmas que circulan por la ciudad.