Siempre

Artículo de Octavio Carvajal: Orgías del trono

Cuatro años más decían unos aspirantes a diputados cachurecos y fracasaron por corruptos. En Libre, sus actores maquillan sus absurdos
21.08.2022

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Orgía tras orgía es para la mayoría de políticos -de un color y de otro- la teta estatal abusada y sorbida, sin respetos ni pudor en tres apetitosos platos: desayuno, almuerzo y cena, por atragantados hombres y damas muy reputadas que hablan bonito, con falso rigor y en sus almas tapan las más grandes maldades que poco a poco golpean y sacuden la inocente confianza de los electores.

Votar por más de lo mismo, lo venimos deletreando hace casi una década. La pluma, de pronto, sí es de mucha ganga para aquellos (as) que buscan sacarse clavos, amasar fortunas o subir podios con fines aviesos. En este caso, nuestros signos nomás han ido tratando de peinar ¿el pisto? ¡No! Las oscuras madejas de actores privados y públicos. Penosamente, nadie endereza el paso.

HECHOS

Corría junio de 2012, un año y cuatro meses de gestión del digno Porfirio Lobo Sosa cuando ensayamos los primeros puntos y comas en columnas de opinión en estas páginas, procurando, por un lado, con vagas pesquisas, penetrar en faenas de políticos y, por el otro, osando la vida en una sociedad injusta, rellena de manías, exigente, olvidada e ingrata con ella misma.

Aunque parezca fachoso, ciertos medios de prensa y varios de sus actores son los dilectos en cada rincón; son y serán siempre útiles al sistema fétido. De 1982 a la fecha, políticos, empresarios, ciertos periodistas, militares y policías están bajo la sospecha del trinque, de la diatriba, del acomodo, del tanto tienes, tanto vales; nada tienes, nada vales. “Entendé, no hay pisto”. ¡Así la gran pajarota!Indultando a otros, Lobo Sosa arribó, igual, jurando un falso “Cambio ya”, con el país agitado por la caída abrupta de su pana, el noble Manuel “Mel” Zelaya Rosales a quien, a su modo y al gusto de entes circenses mundiales, lo perdonó por acuerdos sin pena ni penal para los “héroes” que se robaron lo ajeno gracias a un antojo llamado “cuarta urna”. ¡Pesadilla por revivir!

NUNCIOS

En uno y en otro régimen hubo caída de jets, avionetas, lujos, padrinazgos, nepotismo, narcotráfico, excesos, muertos por doquier, incluso de íntimos de tan cristalinos paisanos. Cada uno, igual gozó del aplauso incesante y servil de pudientes comerciantes en general. “Mel” fue loado por cronistas de su cuarta heredados a Lobo Sosa y, más adelante, “de la mano de dios” se consagraron “Hermes”. ¡Bravo!

Sus legados fueron enormes bocados para los mismos de siempre. Los olanchanos rigieron agrestes rodeados de sus familiones. Ambos cacarearon decoro y nos salieron con un gorro de atracos. En uno, esfumaron el billete del perdón de la deuda, asaltaron el Banco Central y, en el otro, saquearon -ayudados de amantes y “empresarios”- el Seguro Social. “¡Qué injusticia!”, exclamó don “Pepe” quien “calladito” bendijo a JOH con un encurtido de sinsabores.

Con JOH tampoco pararon los ruidos de corrupción ni de narcotráfico con casi la misma receta de excercanos de Lobo Sosa, quien parecía no entender la paliza silenciosa y sistemática del indómito que se saltó a un segundo mandato volándose cuatro magistrados con una reelección, a su manera, consentida sin trabas por el imperio. Fulton fue la testigo de honor con el “voto rural”.

TROPA

Cuatro años más de escándalos de todo tipo; fraudes electorales, estafas millonarias, nepotismo y narcotráfico marcaron las eras de JOH extraditado por comercio de drogas y posesión de armas, entre otros cargos que pronto retará ante el juez Kevin Castel del Distrito Sur de Nueva York. La alianza entre Libre, Salvador Nasralla y el Pinu sacudió al Partido Nacional con doce años de extremos libertinajes.

Llegó Xiomara Castro, la primera mujer presidenta del país con una parentela que, a su juicio, merece los más altos cargos, en una repartición y avaricia por el poder de quienes juraron acabar con los malditos vicios de los pasados. No hay pisto para pagar una planilla de médicos ni mucho menos de jornaleros, pero sí abunda para otro grupo de vividores.

Así pasaron los cachos, traficando, robando, mintiendo, haciéndose los pendejos y los “mataron” en las urnas. Ojalá, la jefa Castro no se haga la ida con sus vecinos. El gentío tiene límites de aguante. “Mel” es un paralelo peligroso para su perfil. No más narcos ni corruptos. Mi hermano desde el Congreso combatirá a capos de la droga y el pus estatal, no más orgías desde el poder. “Yo prometo”. ¡La tuya!