Poeta del siglo pasado y de este siglo, su obra es totalmente actual. Poeta que ha sabido llevar consigo las grandes lecturas clásicas, la herencia de la tradición moderna de la poesía universal, y con estoicismo, ha sabido comprender las nuevas manifestaciones estéticas.
Poeta que ha privilegiado únicamente lo que su libertad personal y su conciencia comprometida con el testimonio de su tiempo ha definido, y que de entrada nos ofrece un manejo puntual del lenguaje, con su riqueza verbal expresiva, capaz de llevarnos desde la evocación, la risa, la ironía o el sarcasmo.
Poeta que revitalizó nuestra poesía, la arrancó de las columnas de los palacios y la llevó donde pertenece: a la gente, a la calle, a la vida cotidiana.
Poeta que aporta a nuestra poesía ese sentido anti sacro, que la limpió del tufo a academia y a servilleta de primera, que no dudó en tomar el lenguaje de los otros y hacerlo materia de su poesía y que cuando invirtió este proceso e hizo de sus palabras el canto de un pueblo, dignificó su decir y su lengua impura; por eso he dicho en otra ocasión que sus poemas entrañan la estatura del cielo y la carcajada junto a las vísceras del hombre.
EL POETA
Su riqueza verbal (que nos sorprende cada vez) está lejos de la banalidad que acuñan las palabras, de modo que su mezcla termine en superfluos mundos de la sinestesia; por eso cada poema de Paredes es vital, traza algo del hombre, palpa entre su vida y ve con reojo la trascendencia como prueba última del poema.
Años de madurez en su escritura son estos. Su poesía escudriña humanamente la experiencia, las lecturas de su vida, el viaje de la edad, la interpretación de universos literarios y de tradiciones diferentes: desde su exploración de la cultura clásica griega y romana, la tradición francesa e inglesa, la poesía griega del siglo pasado y sus grandes nombres, los poetas italianos, la exploración de la literatura oriental y, desde luego, nuestra tradición hispanoamericana. La obra de Paredes adquiere con el tiempo el brillo añejado y potente de la buena poesía.
Su inalterable sello personal lo signa como una de las voces más destacadas de Centroamérica. Un poeta comprometido con su oficio desde el que celebra, cuestiona, crítica, se burla y embiste contra los monumentos de la confusión y sus insignias vueltas discurso político o ataduras de la tierra nuestra.
Estos años han sido de libros que son referentes “Obra y gracia” (2005), “Segunda mano” (2008), “Lengua adversa” (2011) y acaba de publicar “Partituras para cello y caramba” (2013), hace un mes; además, tiene dos libros inéditos, listos para salir; esta continuidad no solo da cuenta del buen ritmo de escritura de Paredes, sino de su salud estética, su tenacidad de poeta pleno con un discurso actual a prueba de todo.
El humor y el amor, el erotismo, el hastío y la desidia, la amargura de un mundo que niega rotundamente la sensibilidad, y desde luego, la hermosura de los instantes que el hombre, pese a todo, es capaz de robarle a la existencia, son aliciente y cantera de la poesía de Paredes.
Quizá entres los héroes, Rigoberto Paredes siente estima por Prometeo por robar el fuego, sin embargo se ha quedado a celebrar al ser humano que tuvo el valor de recibirlo e hizo de él su destino, su forja donde todo bulle, donde la lucha es capaz de hacer trizas al destino y a esos mandamientos que quieren imponer al hombre la creencia que su final es la negación.
Poesía, la suya, que destroza el determinismo, que desenmascara la fe, que nos regresa el cuerpo amado, que reivindica el pasado como prueba de hechos realizados por el hombre y no como recuerdo de colección o como un amuleto inservible, pues el tiempo de Paredes no es el de los calendarios, ni el que rinde pleitesía a los relatos oficiales, sino el que el hombre elige para reclamar su lugar en el mundo.
SU NUEVO LIBRO
Bajo el sello de Ediciones Paradiso ha salido a luz en diciembre del año pasado el libro “Partituras para cello y caramba”, textos en prosa, desenfadados; unos lúdicos, otros íntimos y aleccionadores por la certeza de su postura ante la vida; la vuelta sobre la reflexión sobre la literatura, los personajes míticos y sus relatos simbólicos, el afán por habitar esa orilla de un tiempo negado por el ruido del progreso y su tecnicismo y develado por la sensibilidad expresada a través de los siglos en la escritura, la reflexión ante el transcurrir; todo esto desde una postura desmitificadora; agregando dosis de sarcasmo y las miradas personalísimas del autor sobre el arte, el amor, la bohemia y la política.
Entregamos hoy una muestra del libro “Partituras para cello y caramba”, y recomendamos al lector que lo adquiera y así lea a uno de los grandes poetas nuestros.