Si un gran incendio amenazara con dejar en cenizas todas las bibliotecas del antiguo Cururú, hoy ciudad de La Paz, la prioridad no sería salvar ningún libro, la urgencia de las voces sería: “salven a Alexis Machuca”, pues en él se condensan historias, leyendas, cuentos, episodios y los detalles más chispeantes acaecidos en centurias en todo el Valle de Comayagua.
Alexis Machuca es un hombre de una estampa como pocos en el país: cuentista, literato, políglota, historiador, servidor de la comunidad, el docente que ha consagrado su vida a traducir en obras literarias la vida pasada y presente de las comunidades de tierra adentro.
Siete son los hijos consanguíneos de Machuca y 13 sus vástagos putativos; se trata de sus trece libros que recogen en versos cargados de simpatía, creatividad y buen gusto la tradición oral e histórica del antiguo Valle de las Piedras y otras ciudades de la región que lo convierten en un patriarca literato paceño que por medio de sus obras hace un importante aporte a la cultura hondureña.
EL GUSANO DE ESCRIBIR
EN PÁRRAFOS Y PROSAS
Originalmente el escritor no pensaba dedicarse a este arte, a él le apasionaba la historia, pero la vida lo llevó a estudiar la Carrera de Letras en la
Escuela Superior del Profesorado, hoy Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán, y eso le permitió explotar ese talento que arrastra en sus venas.
Luego laboró 25 años como maestro de español en colegios de Tegucigalpa y ahí realizó sus primeras investigaciones sobre historia, que a la vez se convirtieron en sus primeros escritos.
Pero lo que realmente ha inspirado al intelectual es el contacto día a día con la gente curtida de pueblo, sus gestos, sus pasadas, en suma su vida; todo ello le ha servido para que afloren de su brillante mente los más hilvanados relatos de la tradición costumbrista.
LAS OBRAS DEL OBRERO DEL ARTE
Un literato de la estampa de Machuca no se conforma y es por eso que dedica muchas horas del día, ahora como maestro jubilado, al arte de la escritura; se le ve entre el polvillo de los archivos, en las bibliotecas, en todo lugar donde haya chance de sustentar sus argumentos y que de ahí surja la chispa de un nuevo libro.
Inspirado en su cuna natal decide escribir su primera publicación titulada “Semblanza histórica de La Paz”; el libro recoge el relato de los orígenes del antiguo poblado indígena y su recorrido hasta nuestros días. La divulgación de la obra fue posible en 1983, gracias al apoyo del ministro de cultura en aquel entonces, Víctor Cáceres Lara, convirtiéndose esta en el inicio de una trayectoria de éxito.
En 1987 la motivación por la escritura dio lugar a una segunda producción, un libro llamado “Puros cuentos”, texto que marcará un camino de varias obras en la misma tónica: recoger episodios cargados de malicia y buen humor que traten a la vez de inmortalizar la idiosincrasia de los pueblos semirurales de Honduras.
A esa publicación le siguió un libro controversial: “En torno a su excelencia”, que encarna una sátira al gobierno del entonces presidente Roberto Suazo Córdova, el cual se vendió como pan caliente; luego aparece “Crónicas de un siglo XX”, “Apellidos de La Paz”, “Historia de Comayagua”, este último en el que volcó sus indagaciones sobre la antañona ciudad, logrando complacer a los amantes de lectura de la excapital.
También el investigador escribió la “Historia de Cane” y un par de libros de personalidades de la región. Actualmente se encuentra escribiendo su primer novela, la cual espera con ansias la sociedad del Valle de Comayagua.
INCANSABLES DESEOS
DE SUPERACIÓN
Como todo buen apasionado de las letras, Alexis, no renuncia a su ADN de superación, eso lo ha llevado a ser políglota, habla inglés, misquito, italiano, francés, portugués, latín, ruso y maneja un gran número de palabras lencas; también estudia alemán y griego; al finalizar sus conferencias los participantes se agolpan en torno a él pidiéndole que les escriba un verso en cualquier idioma del mundo.
Entrando a su vivienda, se sube unas escaleras y va ascendiendo como a una gruta, es el sitio donde Alexis guarda como un tesoro escondido su biblioteca forrada con más de 4 mil libros, el ambiente está finamente decorado con piedras y estantes rellenos de obras en todos los idiomas.
En el año 2007 participó en el concurso de cuentos, poesía y narrativa, en el que compitió con reconocidos escritores nacionales, ahí logró el premio de narrativa en representación de la ciudad de La Paz, en ese mismo año sus reconocidas leyendas lo hicieron ganador de otro galardón en el que obtuvo el primer lugar de cuentos a nivel nacional.
UN SUPERMÁN FAMILIAR
Alexis es el arquetipo familiar, su esposa Maritza Castillo, con quien comparte su vida desde hace 31 años, lo considera como “el mejor padre del mundo, un hombre hogareño, y un gran ejemplo para sus hijos que ha sabido aprovechar y descubrir los talentos que le dio la vida”, aseguró sonriente y orgullosa su cónyugue.
El mayor de sus hijos, Santos José Machuca Castillo, expresó sentirse orgulloso del progenitor que Dios le dio, “él siempre es mi ‘supermán’, y se quedarían cortas las palabras para describir a mi padre, hemos compartido experiencias, inolvidables”.
El joven siempre recuerda las frases que desde niño le decía “en la vida hay tres tipos de hombres. Están los tiranos, que vienen al mundo y la gente los recuerda pero por lo malo que hacen.
Por otro lado están los buenos, que son los que vienen al mundo y que hacen el bien y siempre son recordados por ello. Finalmente están los hombres que nunca hacen nada en la vida y la gente nunca los recuerda porque nunca hicieron nada”, manifestó.
La pasión por plasmar sus conocimientos, ideas, frases, alegrías, tristezas, experiencias, y hasta sentimientos en hojas de papel, han llevado a este humilde y servicial personaje a convertirse en un ícono que marca historia en la zona central de Honduras.
Alexis Machuca encarna al investigador, al inconforme, al hombre que se resiste a pasar por este mundo y no ser recordado, en él se junta el gusto por la investigación, la escritura y el servicio comunitario; la patria necesita mil Alexis más, que donen su vida por un país mejor, por un mundo más humano, por una sociedad más civilizada.