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Che Guevara, ¿héroe o villano?

En pleno siglo XXI, en medio de un malentendido comunismo y a 45 años de su muerte, la figura del revolucionario argentino sigue siendo un tema de debate.

05.10.2012

Es un símbolo de relevancia mundial. Su figura despierta grandes pasiones en la opinión pública tanto a favor como en contra.
Para sus partidarios representa la lucha contra las injusticias sociales, rebeldía y espíritu incorruptible, mientras sus detractores lo ven como un criminal responsable de asesinatos en masa y un mal servidor público.

Ernesto Guevara, conocido como el Che Guevara, nació en Rosario, Argentina, el 14 de mayo de 1928 y fue asesinado en La Higuera, Bolivia, el 9 de octubre de 1967.

El martes se celebran 45 años de la muerte del revolucionario que fue además político, escritor, periodista y médico, uno de los ideólogos y comandantes de la Revolución cubana (1953-1959).

Pero ¿qué representa este personaje para una América Latina que lo sigue recordando y cuya figura es aprovechada por muchos para atraer y engañar a incautos seguidores con promesas de equidad?

LA HISTORIA. Guevara participó desde la Revolución y hasta 1965 en la organización del Estado cubano. Desempeñó varios altos cargos de su administración y de su gobierno, sobre todo en el área económica.
Fue presidente del Banco Nacional y ministro de Industria. En el área diplomática, actuó como responsable de varias misiones internacionales.

El Che Guevara impulsó la instalación de focos guerrilleros en varios países de América Latina. Entre 1965 y 1967, él mismo combatió en el Congo y en Bolivia. En este último país fue capturado y ejecutado de manera clandestina y sumaria por el Ejército boliviano en colaboración con la CIA el 9 de octubre de 1967.

Su cuerpo y el de otros cinco guerrilleros fue sepultado en una fosa común en Vallegrande, Bolivia, donde permaneció durante 30 años, hasta que en 1997, el general retirado Mario Vargas Salinas dijo al The New York Times que la tumba del Che se ubicaba en la pista vieja del aeropuerto de esa localidad.

Luego de este anuncio, el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) y un grupo de expertos cubanos comenzaron a estudiar el terreno es busca de indicios que dieran con la fosa, el 30 de marzo de 1996 el EAAF se retira de la búsqueda, pero los cubanos, junto a amigos bolivianos, continuaron la labor hasta el hallazgo en 1997. El 12 de julio de ese años, los restos del Che y sus compañeros fueron trasladados a La Habana y en solemne homenaje de todo el pueblo de Cuba, depositados el 17 de octubre en el Mausoleo de la Plaza Ernesto Che Guevara de la ciudad de Santa Clara.

En su discurso Fidel Castro elogió la figura de Guevara. “Con emoción profunda vivimos uno de esos instantes que no suelen repetirse. No venimos a despedir al Che y sus heroicos compañeros. Venimos a recibirlos. Veo al Che y a sus hombres como un refuerzo, como un destacamento de combatientes invencibles, que esta vez incluye no solo cubanos, sino también latinoamericanos que llegan a luchar junto a nosotros y a escribir nuevas páginas de historia y de gloria. Veo además al Che como un gigante moral que crece cada día, cuya imagen, cuya fuerza, cuya influencia se han multiplicado por toda la tierra”.

LA OTRA CARA. Pero no todo el mundo considera al revolucionario argentino como un héroe. Aunque el director Steven Soderbergh logró que Benicio del Toro hiciera una representación heroica del Che, Guy Sorman de ABC publicó en 2009 un artículo en el que deja ver que el revolucionario romántico que representa Benicio del Toro en la película nunca existió.

“Ese héroe de izquierdas, con su peinado y su barba hippies, una imagen hoy simbólica que se prodiga en camisetas y tazas en todo el mundo, es un mito inventado por los propagandistas de Fidel Castro, algo así como un cruce entre Don Quijote y Robin Hood”, detalla el artículo.

Aunque si aclara que “una vez existió un Che Guevara de verdad: es menos conocido que el títere de ficción que ha sustituido a la realidad. El verdadero Che era un personaje más significativo que su clon ficticio, porque era la encarnación de lo que la revolución y el marxismo realmente significaban en el siglo XX”.

Y continúa diciendo que el Che no era un humanista. Ningún comunista, de hecho, tuvo nunca valores humanistas. Karl Marx desde luego tampoco lo era. Fieles al profeta fundador de su movimiento, Stalin, Mao, Castro y el Che no tenían respeto por la vida.

Era preciso derramar sangre si se iba a bautizar un nuevo mundo. Cuando fue criticado por uno de sus primeros compañeros por la muerte de millones de personas durante la revolución china, Mao señaló que innumerables chinos morían cada día, así que, ¿qué importancia tenía?

Esta concepción no es compartida por sus seguidores que fieles a su legado visten camisetas con su imagen y portan la famosa boina verde olivo que en pleno siglo XXI sigue siendo la imagen revolucionaria del nuevo comunismo que el resumía en una frase: “La revolución es algo que se lleva en el alma, no en la boca para vivir de ella”.

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