Opinión

Van por la Cumbre

No se han cerrado todavía las heridas de aquella violenta golpiza que un contingente de la policía, por órdenes superiores, propinó a los indígenas que marchaban para que se suspenda la construcción de una carretera que de construirse destruiría su territorio, que se extiende sobre el Parque Nacional Isiboro Secure (Tipnis).

Con muchos contratiempos se acaba de aprobar el reglamento a una ley corta que se hizo al calor del arribo de los indígenas a la ciudad de La Paz, donde estos fueron vitoreados como héroes nacionales por una población sensibilizada por la causa indígena y cansada de las políticas de un gobierno que va mostrando día a día mayores abusos, incumplimiento de la constitución, de las leyes y violaciones reiteradas y frecuentes de los derechos humanos, sumados a un alto nivel de inflación, a salarios bajos, promesas incumplidas, empresas nacionalizadas por el estado que no dan fruto, alto nivel de corrupción, aumento del narcotráfico y de la inseguridad ciudadana, entre otros males que agobian al país.

Como se dice el cadáver todavía no se enfrió: hay duelo, dolor, molestia, desilusión y hartazgo en la población boliviana y el Ejecutivo para reflotarse no encuentra una mejor estrategia que idear una 'Cumbre Social' planteando que de ella saldrán los lineamientos para definir el proyecto de gobierno de los próximos tres años de gestión que le quedan al presidente Evo Morales.

En un ambiente de tensiones, bloqueos, huelgas y marchas que se intensifican, el gobierno pretende sacar adelante su llamada 'Cumbre social' que el pueblo y los sectores rápidamente descubren que no será otra cosa que la misma junta de adeptos incondicionales que le quedan al masismo.