Looks de temporada
Mientras el presidente Lobo se reunió con su homólogo salvadoreño y anuncia un próximo encuentro en el que también participará el mandatario de Nicaragua, Daniel Ortega, para avanzar en la búsqueda de un acuerdo definitivo sobre el manejo del Golfo de Fonseca, los pescadores artesanales hondureños que operan en la zona ya están hartos de ser víctimas de los delincuentes y de la naval sandinista.
De hecho, el miércoles centenares de pescadores se tomaron la Carretera Panamericana, reteniendo a todos los vehículos con placas nicaragüenses, para expresar su malestar porque desde hace años tienen el mismo problema y las autoridades hondureñas se niegan a buscar una forma efectiva de proteger a estos compatriotas.
Según la permanente denuncia de los pescadores, la naval nicaragüense penetra aguas hondureñas para apoderarse de sus lanchas, así como de sus aperos de pesca y para recuperarlos tienen que pagar una multa. Pero también hay casos en que los pescadores son amenazados, heridos y hasta llevados a cárceles del vecino país, lo que les ocasiona constantes pérdidas e inseguridad.
Esto ocurre en momentos en que, entre las ambigüedades ya muy propias del actual gobierno hondureño, se sabe que El Salvador está tratando de poner en duda la claridad del fallo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) que le otorgó a Honduras la Isla Conejo.
Ese tipo de reuniones que anuncia Lobo para finales del próximo mes de noviembre tampoco resulta nada nuevo, pues hace tiempo se está en lo mismo, en lo que más bien parece un deliberado propósito de los gobiernos de Nicaragua y El Salvador de darle largas a que se defina, de una vez por todas, el manejo del Golfo de Fonseca a tono con el fallo de la CIJ emitido hace ya más de 20 años.
Entre tanto, miles de hondureños que en forma artesanal aprovechan las riquezas de nuestras aguas para sostener a sus familias y aportar a la economía y a la alimentación del país no pueden realizar tranquilamente sus actividades, ya que son víctimas de la naval sandinistas o de los piratas que operan en la zona, ya que los tres países tampoco han sido capaces de establecer medidas de seguridad conjuntas.
