Los hondureños parece que no damos una. Estamos en la lista de los países más pobres, más vulnerables, más desiguales, más violentos, más corruptos; todavía somos el único país en Latinoamérica que ha sufrido un golpe de Estado en el siglo XXI.
Y por si eso fuera poco en vez de celebrar el 1 de Mayo, nuestros trabajadores dejan que se convierta en un mitin político más, con las mismas caras que ya nos gobernaron.