Opinión

MILAGROS DE LA VIRGEN DE SUYAPA

Este domingo 3 de febrero los católicos hondureños celebramos el día de nuestra patrona, la Virgen de Suyapa; por tal razón miles y miles de peregrinos de todos los rincones del país y de fuera de las fronteras patrias, se dan cita en la Aldea de Suyapa, nombre derivado de la palabra indígena “coyapa”, que significa “en el agua de las palmeras”, para venerar a la milagrosa Morenita que con amor maternal nos espera en su majestuoso santuario ubicado en nuestra capital, Tegucigalpa.

Existen muchas versiones acerca del descubrimiento de la Virgen de Suyapa. La versión más ampliamente aceptada es la de su descubrimiento milagroso por parte del trabajador agrícola Alejandro Colindres, a finales de enero o principios de febrero en 1747. Según la tradición hondureña, Colindres y Lorenzo Martínez, de 8 años, fueron enviados por su madre a limpiar campos de maíz a la montaña del Piligüín, al noreste de Tegucigalpa. Camino de regreso, los atrapó la noche y decidieron dormir afuera. Colindres estaba despierto por un dolor agudo en su costado y se dio cuenta que estaba acostado sobre algo. Versiones posteriores del relato afirman que Colindres, sin ver lo que era, tomó y arrojó lo que le molestaba lo más que pudo, pero cuando volvió a acostarse, ahí estaba de nuevo. A la mañana siguiente, Colindres descubrió que había estado durmiendo sobre la estatuilla de una virgen, que luego llevó al altar de su familia en casa de su madre.

Después de 20 años de permanecer en un altar, es decir en 1768, se le acreditó a la estatua su primer milagro reconocido y comenzó a atraer la atención del público.

Luego de su primer milagro, la familia de Colindres comenzó a recaudar fondos para construir una capilla, la cual fue completada en 1777. En 1925, el Papa Pío XI la declaró Patrona de Honduras bajo el título de Nuestra Señora de Suyapa y declaró el 3 de febrero como su día festivo. En la década de 1950 se construyó una gran basílica próxima a la capilla. Actualmente la estatuilla de la virgen pasa la mayor parte del tiempo en la capilla, siendo visitada diariamente por personas devotas nacionales y extranjeras, pero cada año es movida a la Basílica de Suyapa el día de su celebración para acomodar a la multitud que asiste a verla, tanto de Honduras como de toda la región centroamericana.

Se considera que la estatuilla de la Virgen de Suyapa, de apenas 6.5 centímetros, tiene poderes milagrosos, por lo que se ha convertido en un verdadero símbolo de la fe de las y los hondureños; por tal razón es muy venerada y querida ya que con sus milagros hace que muchos lleguen en largas peregrinaciones desde distintos países de Centroamérica y del resto del mundo.

En mi caso particular, mis padres siempre fueron devotos de la Virgen de Suyapa y todos los años le celebraban el Santo Rosario en mi casa, ubicada en el barrio La Buena Esperanza, en Siguatepeque, Comayagua; era tan grande su fe que yo nací un 3 de febrero y a los 40 días de nacida, sufrí una infección respiratoria aguda a tal grado que me bautizaron de emergencia y logré sobrevivir, en cambio, otros niños y niñas recién nacidos murieron de ese mal llamado tosferina.

Tengo muchas vivencias que contar, por ejemplo, haberme trasladado a Tegucigalpa para estudiar y convertirme en una profesional para servir mejor a mi familia y a la patria, con mucha fe y esperanza; por intercesión de la Morenita de Suyapa he logrado desempeñarme en buenos trabajos y adquirir gran experiencia y una vivienda digna en las cercanías del Santuario de Suyapa, razón por la que desde hace 23 años pertenezco y sirvo en la Parroquia de Nuestra Señora de Suyapa.

También he logrado presenciar la afluencia de personas de todos los estratos sociales y de diferentes edades, postrarse a los pies de nuestra Virgencita de Suyapa, que es tan chiquita y milagrosa que cabe en la palma de nuestra mano y en lo más profundo de nuestro corazón, algunas llegan a suplicar favores y otras para agradecerle por cada uno de los milagros recibidos en la devolución de la salud, trabajo, estudios, cosechas, buenos matrimonios, conversión de familiares, éxito en sus empresas, viajes, presentación de niños y niñas recién nacidos y otros milagros que son anotados en un cuaderno de registros que se lleva en el templo pequeño.

Una humilde señora procedente de La Esperanza, Intibucá, relató que: “La Virgencita es verdaderamente milagrosa. Me acuerdo que en febrero, aunque mis padres solo tuvieran para el pasaje del bus de ida y vuelta, no les preocupaba porque decían que la Morenita nos iba a proveer más y la verdad que no nos defraudó, porque los integrantes de la Fundación Suyapa nos brindaban comida o si no, nos regalaban para comer otras personas que también venían desde lejos de la capital para venerar a la virgen e instalarse en las afueras del Santuario”.

En vista de lo anterior, la fe de nuestro pueblo se fortalece año con año, a tal grado que el miércoles 23 de enero de 2013 por la mañana, una multitudinaria procesión en el bulevar Suyapa dio por iniciada la novena a la Virgen de Suyapa, para conmemorar los 266 años del hallazgo de su venerada y milagrosa imagen en el cerro El Piligüín.

El lema para este año es “La Virgen María peregrina de la fe”, seleccionado en el contexto del Año de la Fe, inaugurado por el papa Benedicto XVI, el 11 de octubre de 2012.

“María es quien nos enseña a ser peregrinos y qué hermoso es caminar como María con esa fe inconmovible que nos lleva hacia la patria donde está el Señor y donde está Jesús y María no falta nada”, explicó el padre Hermer Sorto, Párroco del Santuario de Suyapa.

Desde mi punto de vista, las mujeres de fe y esperanza, con solo el hecho de tocar la imagen de la Virgencita de Suyapa, sentimos un gran aliento para seguir luchando por el bienestar de nuestras familias, mediante un trabajo digno y un salario digno, otras mujeres devotas se han constituido en micro, pequeñas y medianas empresarias, vendiendo alimentos y bebidas, objetos religiosos o elaborando artesanías y productos diversos con imágenes de la Virgen de Suyapa, lo que les permite generar ingresos para satisfacer las necesidades personales y de sus hijos e hijas.

No obstante, he visto muchas mujeres entrar al templo pequeño y al Santuario de Suyapa de rodillas, derramando lágrimas, llevando en sus manos velas y flores, gimiendo y llorando, la pregunta obligada es: ¿Por qué lloran las mujeres hondureñas? Lloran porque hay una gran indiferencia para las “madres dolorosas” de este país que no encuentran una mano amiga en medio de sus dificultades.

Siempre he tenido la inquietud de escudriñar ese cuaderno de anotaciones de los Milagros de la Virgen de Suyapa con el propósito de escribir un libro para darnos cuenta que es tan grande el amor que tiene nuestra madre celestial por nosotros que solo debemos pedir con fe para que ella nos arrulle en sus brazos, nos contemple e interceda por nosotros para que Dios nos conceda todo lo que anhela nuestro corazón.

Asimismo, somos las mujeres en su mayoría, las transmisoras de la fe hacia nuestro Señor Jesucristo y la Madre Celestial María, inculcándoles a jóvenes, niños y niñas el respeto y amor a Dios por sobre todas las cosas, al prójimo como a nosotros mismos y la devoción, de generación en generación, a la Virgen de Suyapa, Patrona de Honduras y Capitana de las Fuerzas Armadas.

Finalmente, les invito a adquirir el pequeño pero significativo libro “La Virgen de Suyapa y el milagro de Javier”, el cual contiene información sobre el hallazgo de la Virgen, el testimonio de la reciente sanación de un cáncer en la lengua de nuestro amigo y hermano en la fe, el abogado Francisco Javier Argueta Sabillón, quien presta servicio voluntario junto a su familia en nuestra Parroquia de Suyapa.

Estoy segura de que este conmovedor libro les hará derramar lágrimas de emoción y les permitirá acrecentar su fe y colaborar con las obras que realizan las hermanas misioneras del Sagrado Corazón de Jesús, ubicadas junto a las instalaciones del Canal 48.

Tegucigalpa, Honduras, Centroamérica, febrero de 2013