Con el patrocinio del Banco Mundial, recientemente se realizó en Costa Rica un interesante seminario sobre competitividad, con énfasis en la logística. El mismo concluyó con interesantes recomendaciones emanadas de expertos y de estudios multidisciplinarios.
Se presentaron en términos generales problemas de carácter universal, y cómo estos afectan a la región y en particular a algunos países, como Honduras, que requieren de una política permanente, sustentable y en alianza pública-privada en materia de logística para poder alcanzar niveles óptimos en su comercio y desarrollo para ser competitivos en un mercado regional e internacional que cada día exige más capacidad, mejor precio y calidad de productos y servicios.
Carreteras, transporte y puntos fronterizos son los ejes fundamentales. En el caso particular de Honduras, los estudios reflejan un bajo grado de desarrollo en infraestructura vial secundaria y terciaria que permita que los productores pequeños puedan trasladar sus cosechas al mercado, ya sea para consumo nacional o para exportación. Esto eleva sustantivamente los costos.
Los diferentes proyectos de inversión en el agro están contribuyendo en el desarrollo rural, en la agricultura familiar y en disminuir la pobreza extrema, pero indudablemente ocupan de infraestructura mínima de carreteras. Actualmente hay una inversión alta en la zona T, es decir, en el centro y la costa norte del país en carretera primaria, pero se necesita mayor inversión en las vías secundarias. Honduras está en la posición 86 en calidad de carreteras en una evaluación de 142 países.
En el área de transporte, encontramos que la flota de vehículos especializados para conservar los productos, sobre todo los perecederos, es mínima, y que un porcentaje considerable del producto se pierde por falta de este equipo. Sumando a esto las condiciones de las vías, hacen que el tiempo de traslado del producto sea largo, lo que ocasiona una pérdida. Igualmente, el uso de vehículos con sobrepeso y sin un control de básculas daña más rápido las carreteras.
Los puntos fronterizos, sean estos terrestres, aéreos o marítimos, necesitan una considerable inversión en infraestructura. El sector exportador hondureño está en un nivel bajo de competitividad y es imprescindible el apoyo en logística. Tenemos una gran ventaja por nuestra ubicación geográfica, podemos exportar por los dos océanos, tres fronteras terrestres, y en materia aérea estamos equidistantes de salidas consolidadas de productos a otros continentes.
Los procesos en trámites comerciales, sanitarios y fitosanitarios en las fronteras necesitan una revisión exhaustiva. Son largos, hay falta de personal especializado, poco espacio para los contenedores, horarios limitados, pocas bodegas de almacenamiento, escasos laboratorios de análisis, respuestas tardías y costos. El promedio de espera en las diferentes fronteras terrestres de Honduras oscila entre 6 y 24 horas. En el caso de Puerto Cortés, en este gobierno se ha avanzado y ya tenemos dos concesiones al sector privado en áreas de infraestructura y de manejo de mercancía.
Las estadísticas de los últimos tres años en exportación resaltan en forma sustantiva un crecimiento del sector agrícola, asimismo vemos que las importaciones en este campo han disminuido. Es necesario crearle al sector las mejores condiciones logísticas en las zonas productivas, sobre todo en donde se concentran pequeños productores e impactar en el desarrollo rural familiar.
Es importante que otras secretarías trabajen en conjunto con la SAG. En el caso de las carreteras, Soptravi debe apostar a un plan de inversión en la vías secundarias y terciarias. Si iniciamos un proceso de concesión de las vías con cobros de peaje, debemos analizar el impacto en los precios de los productos; en el caso de la SIC y la DEI, se viene trabajando en procesos de ventanillas únicas, esperando que los sistemas y programas respondan o sean acompañados de infraestructura y recurso humano capacitado y honesto.
Hay una gran tarea en logística para mejorar nuestra competitividad, que se debe reforzar, y el apoyo del sector privado y los organismos internacionales es necesaria. El agro debe ser una prioridad nacional.