Hace un par de meses me tocó ir a renovar mi visa a la Embajada de los Estados Unidos de América, a pesar de que he tenido varias visas, incluyendo la que me permitió estudiar parte de mi carrera como hematólogo oncólogo clínico en la bella ciudad de Denver, Colorado, siempre suscita un grado de estrés o de tensión al momento de llenarlos formularios “on line”, pero la tensión aumenta al asistir a la “cita” en la Embajada.
Al fin llega el día de la cita y uno se pregunta infinidad de cosas en su cabeza, desde ¿cómo debo vestirme? hasta ¿me irán a dar la visa?
Luego de la espera, de repente nuestro nombre suena en un altavoz y se nos llama a la ventanilla número X. Lo primero que vemos es la expresión del señor o señora que nos atiende y buscamos descifrar en su mirada el sí o el no; de repente nos dice: “Señor Sánchez, su visa ha sido aprobada”.
Una sensación de alivio nos invade…
Pero de lo que quería escribir es que siento que las cosas han cambiado en la Embajada, desde los guardias de seguridad hasta la persona que nos entrevista han tenido un cambio muy agradable, más amigable, más atento, más amable.
La administración actual de la Embajada tiene un rostro más humano y de más comprensión con los hondureños.
Felicito a la excelente Señora Embajadora y a todos los que laboran en la Embajada por este cambio tan agradable. No nos cabe duda de que Estados Unidos de América es una nación extraordinaria llena de gente extraordinaria.