“Los hechos muestran que hay poco avance… periodistas muertos, autocensura y nos vamos con la misma preocupación con la que llegamos; con algunas señales positivas, porque hemos hablado con mucha gente aquí”, dijo el presidente de la Comisión de Libertad de Prensa de la SIP (Sociedad Interamericana de Prensa), Claudio Paolillo, al concluir el miércoles la visita a Honduras de una delegación de esa organización que aglutina a los principales periódicos de nuestro continente.
La misión de la SIP —integrada también por su presidente Jaime Mantilla y su director ejecutivo, Fernan Molinos— durante tres días se reunió con periodistas, empresarios, políticos, funcionarios, representantes de la sociedad civil y el presidente de la República, Porfirio Lobo, quien incluso aceptó la invitación para hablar en la próxima Asamblea General del organismo a realizarse en Denver, Colorado, Estados Unidos.
Para los periodistas y para los hondureños en general es importante que una entidad del nivel de la SIP haya venido a evaluar y a tomarle el pulso, in situ, a las múltiples amenazas en contra de la libertad de expresión: el asesinato de periodistas, la impunidad de los perpetradores, los controles que el gobierno ha querido imponer y las mordazas como lo que ha hecho el ministro Arturo Corrales en Seguridad.
El presidente Lobo también prometió agilizar el cumplimiento del compromiso asumido con la SIP el año pasado: crear una unidad especial de investigación de crímenes contra periodistas, establecer juzgados especiales de derechos humanos para procesar casos de periodistas, elaborar una ley para despenalizar los delitos de difamación, injuria y calumnia y crear un marco legal de protección a periodistas y grupos vulnerables.
Esperemos que el optimismo de la misión de la SIP y las promesas del Poder Ejecutivo y el Congreso Nacional se cumplan a fin de que los hondureños podamos gozar de la libertad de prensa y de expresión sin ningún tipo de cortapisas.