No solo la Policía, la Fiscalía y el Poder Judicial urgen de depuración. La mayoría de las instituciones, secretarías, direcciones, organismos y empresas estatales requieren también de una profunda limpieza para liberarlas de los corruptos, de los politiqueros, de los ineptos.
Como ocurre con los uniformados, con los fiscales y los jueces –que con diversas artimañas se resisten– no hay que dudar que si se pusiera en marcha un proceso de depuración, en todos lados se manifestaría la férrea oposición de quienes se benefician del actual estado de cosas.
Como señalábamos ayer mismo en este espacio editorial, todo tiene su base en el caos administrativo, quizá intencional, que facilita las cosas a los depredadores del erario e impide hacer buen uso de los recursos de que se disponen.
Por eso no es de extrañar que los actuales esfuerzos que se hacen para poner fin al caos que existe en la Secretaría de Educación, principal causante del grave deterioro que sufre el sistema, encuentren una fuerte resistencia tanto en las esferas burocráticas del ministerio como en las dirigencias magisteriales y hasta en los círculos políticos que manipulan plazas docentes y administrativas.
“Se van a encontrar con montón de enemigos que ni saben de dónde les van a salir”, advierte en su coloquial lenguaje el presidente Lobo al secretario de Educación, Marlon Escoto, y a sus demás funcionarios. Y algo de eso ya hemos visto esta misma semana: la huelga de los maestros el lunes, las protestas callejeras de los alumnos el mismo día y el “sabotaje” denunciado por el ministro Escoto para impedir que se ponga a disposición del pueblo los listados de maestros asignados a cada centro de estudio, lo que permitiría ubicar a aquellos que cobran sin trabajar.
Escoto dice que “esto lleva muchos años, es un desorden bien estructurado, bien organizado, es una red bien establecida” y también reconoce que “nos estamos enfrentando a redes de poder muy fuertes que están entronizadas y que tienen muchos años de estar ejerciendo este tipo de actividades”.
Esperemos que realmente se trate de acciones sistemáticas para ordenar las cosas en Educación, que no solo se trate de acciones aisladas e improvisadas.
Pero no solo eso, sino que se generalice en toda la administración pública una depuración ya que nada se puede mejorar en este país en medio del caos del que los únicos gananciosos son los corruptos, los ineptos y los politiqueros.