La reversión parcial del “superpaquetazo” asestado por la anterior legislatura del Congreso Nacional, --que entre otros no solo elevó el Impuesto sobre Ventas del 12 al 15% sino que se lo impuso a los productos de la canasta básica que siempre habían estado exentos--, atrae la simpatía y el agradecimiento popular tanto para el gobierno de Juan Orlando Hernández como para los liberales que lo exhiben como uno de los logros obtenidos por su apoyo para que los nacionalistas controlaran el actual Poder Legislativo.
Aunque algunos productos antes exonerados tendrán ahora que pagar un 15% de ISV y se mantiene el impuesto que elevó ostensiblemente el precio de los combustibles, uno de los grandes incentivos para la inflación, el hecho de que la lista de los productos sin pagar el mencionado impuesto se haya elevado a 273, incluyendo algunos útiles escolares, es una muy buena noticia para la mayoría del pueblo hondureño que en medio del desempleo, los bajos salarios congelados y la crisis económica en general enfrentaba un claro deterioro en sus condiciones de vida.
En algunos casos, como el de los útiles escolares, por ejemplo, ni las mismas asociaciones de consumidores esperaban que se incluyeran en la lista de los exentos.
Esta decisión, consensuada por los dirigentes de ambos partidos tradicionales, es una muestra que hay acciones en contra del pueblo hondureño adoptadas por la clase política que bien pueden revertirse para bien de la ciudadanía y de los propios políticos que así mejoran su imagen.
Ahora, lo que queda es hacer efectivo que los productores y comerciantes devuelvan a los productos beneficiados los precios que tenían antes de entrar en vigencia el “superpaquetazo”, tanto en lo referente al cobro directo del ISV como a los incrementos que se justificaron en las alzas de costos provocadas por los nuevos precios de los combustibles y la energía eléctrica.
Obviamente, esta reversión disminuye los recursos que el gobierno esperaba recibir mediante la nueva carga impositiva por lo que, si no se opta por otro tipo de impuestos, tendrá que hacer ajustes en el Presupuesto Nacional, ajustes que deberían ser enfocados al adelgazamiento de la burocracia estatal.
Lo importante, al final, es que se trata de un beneficio para los alicaídos presupuestos de los consumidores.