Julio Escoto está perdiendo la razón, si por ello se entiende apreciar la realidad como es.
Siempre me pareció narcisista, y como tal, egocéntrico; muy “yo”, “yo” y solo “yo” (“soy quizás el único hondureño que habló con él” –Chávez–). Y ahora “resistente” fanático.
Pero bueno, nadie es perfecto. Sin embargo, lo percibí equilibrado antes de 2009; sería por la modestia que aparenta.
Resulta que en su artículo de los lunes en diario EL HERALDO (1/4/2013) viene y nos presenta al dictador venezolano recién muerto como una mansa paloma, al igual que a su vernácula pandilla; y demanda que le mencionemos “cinco hechos malos que Chávez haya hecho a Honduras”.
Y yo no le respondo que tiene razón. No nos hizo nada porque le falló el mandadero tonto; porque no pudo; porque no nos dejamos. Pero sí tuvimos una muestra de sus intenciones cuando gratuitamente nos vino a insultar a nuestra propia casa, ante la sonrisa boba y complaciente de Zelaya y sus cómplices, con ocasión de su visita a Honduras como quien pisa tierra conquistada.
Y no es que con Lobo estemos en la gloria, pero este es otro tema. Definitivamente, Julio está loco.
Choluteca 2 abril 2013
