Looks de temporada
El régimen de Daniel Ortega ha demostrado una vez más su vocación antidemocrática al expulsar a un equipo de prensa de Diario EL HERALDO que estaba viajando a ese país con el propósito de hacer una cobertura informativa previa a las elecciones generales convocadas para el próximo 7 de noviembre.
“Sálganse y váyanse de Nicaragua porque su presencia no es permitida”, fue la orden que dieron las autoridades migratorias nicaragüenses, tras mantener retenidos y bajo investigación a los periodistas hondureños que estaban viajando, cumpliendo con los requisitos migratorios de ese país.
La acción no sorprende, solo se suma a la cadena de actos atentatorios contra la libertad de prensa, de información y de expresión del gobierno de Ortega en contra de la prensa independiente; una muestra más del autoritarismo, el abuso y la agresión constante a los periodistas y medios de comunicación de la que los Ortega han hecho gala en los últimos años e intensificado en los meses previos a los comicios convocados para noviembre.
La gravedad de la situación se resume en un informe del organismo internacional Reporteros Sin Fronteras hecho público esta semana y en el cual registran, entre 2020 y 2021, 36 tipos de acoso, amenaza, censura, acoso judicial y encarcelamiento de comunicadores; 157 episodios de intimidación a periodistas; 134 hechos de asedio; 117 de hostigamiento policial; 115 obstaculizaciones de coberturas, así como que 83 periodistas fueron criminalizados y 5 mujeres periodistas sufrieron violencia sexual. Según RSF, en los últimos meses al menos 40 comunicadores han salido al exilio para proteger su integridad y sus vidas.
El asedio a la libertad de expresión e información en Nicaragua es intolerable y debe parar, la democracia debe prevalecer en una nación hermana que merece mejor suerte.
“Sálganse y váyanse de Nicaragua porque su presencia no es permitida”, fue la orden que dieron las autoridades migratorias nicaragüenses, tras mantener retenidos y bajo investigación a los periodistas hondureños que estaban viajando, cumpliendo con los requisitos migratorios de ese país.
La acción no sorprende, solo se suma a la cadena de actos atentatorios contra la libertad de prensa, de información y de expresión del gobierno de Ortega en contra de la prensa independiente; una muestra más del autoritarismo, el abuso y la agresión constante a los periodistas y medios de comunicación de la que los Ortega han hecho gala en los últimos años e intensificado en los meses previos a los comicios convocados para noviembre.
La gravedad de la situación se resume en un informe del organismo internacional Reporteros Sin Fronteras hecho público esta semana y en el cual registran, entre 2020 y 2021, 36 tipos de acoso, amenaza, censura, acoso judicial y encarcelamiento de comunicadores; 157 episodios de intimidación a periodistas; 134 hechos de asedio; 117 de hostigamiento policial; 115 obstaculizaciones de coberturas, así como que 83 periodistas fueron criminalizados y 5 mujeres periodistas sufrieron violencia sexual. Según RSF, en los últimos meses al menos 40 comunicadores han salido al exilio para proteger su integridad y sus vidas.
El asedio a la libertad de expresión e información en Nicaragua es intolerable y debe parar, la democracia debe prevalecer en una nación hermana que merece mejor suerte.
