Editorial

Responsabilidad social empresarial

Tanto a escala mundial como nacional, más y más personas y empresas están sumándose de múltiples maneras para solidarizarse con sus conciudadanos menos afortunados, ora aportando dinero, víveres, conocimientos especializados, equipos médicos o voluntariado en pos de un objetivo común: hacer frente a la actual pandemia que se propaga velozmente tanto en países del primer como del tercer mundo. Crecientemente, los empresarios demuestran su vocación de servicio comunitario aportando fondos -cada vez más necesitados- a efecto de adquirir medicamentos, alimentos y materiales, solidarizándose con la salud y alimentación de sus compatriotas.

Paralelamente, priorizan -antes que sus ganancias y estados financieros- el conservar los puestos de trabajo de sus empleados, para lo cual requieren de subsidios y exenciones tributarias gubernamentales que posibiliten continuar pagando montos salariales quincenales y mensuales.

Aquellas empresas que por diversas circunstancias aún no han expresado su voluntad colaboradora, todavía están a tiempo de hacerlo. Recuérdese la advertencia formulada por científicos en el sentido de que lo peor está por ocurrir, con números crecientes de personas infectadas.

De modo que nunca es tarde para dar un paso hacia adelante y sumarse a labores humanitarias de extrema urgencia.

Los medios masivos de comunicación han asumido, día a día, noche a noche, su misión informativa, orientadora y educativa, divulgando la evolución de la crisis a escala planetaria y local, con profesionalismo, responsabilidad y veracidad. Su red de corresponsales dan cuenta de lo que ocurre en sus respectivos departamentos y municipios, manteniendo permanente actualizados a sus lectores y audiencias.

Así, todas y todos, cada quien en su esfera de competencia, deben demostrar con hechos su espíritu fraterno, solidario, caritativo y compasivo. ¡Piedad para quien sufre!