Editorial

Islas de la Bahía: anverso y reverso

Nuestro departamento insular, incorporado definitivamente a la soberanía patria el 28 de noviembre de 1859 con la firma del Tratado Wyke-Cruz, durante la presidencia de Santos Guardiola, hizo posible que Gran Bretaña devolviera a Honduras a Roatán, Utila, Guanaja, Santa Elena, Barbareta y Morat, ocupadas por esa potencia europea a partir de 1830, gozando de merecido renombre por su espectacular belleza, calificada de paradisíaca, que hacen de ellas uno de los principales polos turísticos de Centroamérica y el Caribe.

Empero, coexisten diversas problemáticas que tienden a agravarse al no ser atendidas de manera preventiva, entre ellas el creciente deterioro de su barrera coralina -la segunda más extensa del mundo-, la existencia de redes de narcotraficantes, tráfico de personas y pornografía infantil que disfrutan de virtual impunidad ante la vista y paciencia de la autoridad policial, disputas de tierras que inhiben a los inversionistas en bienes raíces, deficiente tratamiento de aguas negras y desechos sólidos, lo que contribuye a la contaminación medio ambiental, y frecuentes interrupciones en el suministro de energía eléctrica.

El hecho que la migración de compatriotas procedentes de tierra firme se desplazan en creciente número particularmente a Roatán en búsqueda de empleo, tiende al agravamiento de la problemática social y económica, en la escasez de vivienda, alto costo de vida debido a la importación de alimentos y materiales de construcción.

Aún es tiempo de revertir este conjunto de circunstancias adversas que, de no ser atendidas a la brevedad, convertirán a nuestras Islas de la Bahía en una región deprimida, violenta, despojada de los encantos con que la naturaleza la ha dotado.

Recuérdese que la competencia turística en esta región es intensa, cada país buscando atraer más y más visitantes con el fin de captar divisas. Corresponde tanto al gobierno central como a las autoridades y fuerzas vivas isleñas hacer frente a estas realidades con el propósito de erradicarlas.