Editorial

Enfermeras, una labor excepcional

A lo largo de los dos años de la pandemia de covid-19, el trabajo de las enfermeras fue resaltado por la sociedad por ser pilares en la lucha que el personal sanitario libró (y sigue librando) contra el mortal virus.

Sin importar si tenían o no contratos fijos con los hospitales del Estado en los que laboraban, no renunciaron a sus labores y se mantuvieron firmes atendiendo a las personas que desgraciadamente se contagiaron con la enfermedad.

Fue tal su heroísmo que en los primeros días y meses de la pandemia se enfrentaron al estigma de la gente, hasta el punto de que muchas de ellas fueron agredidas física y verbalmente, y hasta se les impidió el ingreso a sus hogares.

Su sacrificio las llevó a mantenerse separadas de sus hijos, sus padres y madres, sus parejas y su familia, para no contaminarlos.

Pero hoy que la pandemia ha cedido y que a muchos se les está olvidando, incluso, cumplir con las medidas básicas de bioseguridad, también se ha olvidado la labor extraordinaria que este personal desempeñó a lo largo de la crisis sanitaria, y que sigue desempeñando día a día en sus centros de trabajo, sean públicos o privados.

También son muchas las que hoy, que se celebra el Día Internacional de la Enfermera, se encuentran reclamando a las autoridades que les cumplan con el ofrecimiento de un nombramiento en propiedad, tal cual fue la oferta que les hicieron en el gobierno anterior, y que les paguen sus salarios atrasados desde enero.

A ellas, a quienes están reclamando el cumplimiento de sus derechos laborales, y en ellas representadas todas sus compañeras y compañeros que se dedican a esta noble labor, les debemos un agradecimiento eterno por su don de servicio, por su trabajo incansable en todo tiempo en favor de la vida de los demás.