Editorial

Las carencias del sistema de salud

El sistema de salud en Honduras está en coma desde hace ya muchos años. Los hospitales y los centros de salud están en cuidados intensivos. Las carencias son palpables, están a la vista de todos.

Los equipos médicos, en su mayoría, son obsoletos; faltan medicamentos para atender la alta demanda; el personal médico es insuficiente, faltan especialistas. El personal de apoyo (enfermeras, vigilantes, los encargados de los laboratorios y de entrega de las citas, entre otros) deja mucho que desear en cuanto a la atención y trato para con los más necesitados.

Las citas médicas son tardías, a tal grado que hay casos que se otorgan cuando ya no tienen razón de ser porque la enfermedad ya ha consumido al paciente, sin olvidar que por años el sistema sanitario ha sido uno de los sitios preferidos de los corruptos para saciar sus desmedidas ambiciones, sin importarles el daño que hacen a sus semejantes.

La semana pasada, un grupo de pacientes que padecen cáncer denunciaron ante El Heraldo que tienen varias semanas de no recibir sus tratamientos de quimioterapia en el hospital San Felipe porque los fármacos para atender estas dolencias debieron ser retirados de la farmacia ya que estaban por caducar. Y eso es inconcebible.

En los hospitales no debe permitirse la compra de medicamentos al limite de su caducidad o que por negligencia tengan que salir de los anaqueles porque están prontos a vencerse. Los afectados son hombres y mujeres de muy escasos recursos económicos, muchos de ellos que llegan a Tegucigalpa desde el interior del país.

Gente que no puede costearse los medicamentos por su cuenta. Por eso alzaron su voz para reclamar el derecho a la salud que les garantiza la constitución y con la esperanza de que esta vez su denuncia será atendida por la autoridad competente.

Desde el año pasado se integró una fuerza de tarea para verificar la existencia de medicamentos en los hospitales y garantizar su abastecimiento, pero hasta ahora no se conocen resultados concretos de la misma.

Mientras esto sucede, la población sueña con que desde el Gobierno se adopten medidas que sienten las bases para que el país cuente con un sistema sanitario que les garantice una atención digna, humana y de calidad.