Editorial

La Maccih/Ufecic y su primer paso

Muchos dirán que la Misión de Apoyo contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (Maccih) y la Unidad Fiscal Especial contra la Impunidad de la Corrupción (Ufecic) se quedaron cortas con la investigación y acusación judicial de los diputados que usando una o más Organizaciones No Gubernamentales (ONG) se apropiaron de fondos públicos.

En Honduras no es nada nuevo que congresistas y también altos funcionarios del Estado funden una o más ONG para desviar dinero destinado a proyectos sociales. Sin embargo, esta es la primera vez que cinco parlamentarios son acusados formalmente por estos hechos que lindan con la malversación de caudales públicos.

Aunque toda persona acusada de un delito es inocente mientras no se pruebe legalmente su culpabilidad, en un país con una débil institucionalidad, estos requerimientos se convierten en la primera prueba de fuego de la Maccih/Ufecic en un escabroso camino para desbaratar aquellas redes corruptas que le han hecho un gran daño a la sociedad.

Hace unos meses, el vocero de la Maccih, Juan Jiménez Mayor, primero anunció que se había abierto una investigación contra la empresa DESA, que construye la planta hidroeléctrica Agua Zarca en el occidente del país; luego aseguró que también se investiga el caso de Los Cachiros en el que se menciona al expresidente Porfirio Lobo Sosa, también dio a conocer la apertura de otra investigación a exfuncionarios del Consejo de la Judicatura, incluido un expresidente de la Corte Suprema de Justicia.

Asimismo habló de otro caso que no quiso revelar porque, según él, era muy sensible. Ahora con los requerimientos presentados contra los cinco congresistas, la Maccih/Ufecic comienza a agitar las aguas tranquilas del mar de impunidad en que está hundida Honduras.

La Embajada de Estados Unidos en Tegucigalpa aplaudió la acusación contra los diputados e igualmente lo hicieron otros sectores de la sociedad. Ojalá que con este primer paso se inicie firmemente el avance en la lucha contra la corrupción, sin privilegiar ningún cargo, por bajo o alto que sea.