Cada 5 de diciembre el mundo recuerda y agradece los esfuerzos de países, instituciones y personas para ayudar al prójimo, cercano o lejano, mediante acciones de muy diverso tipo pero que tienen un común denominador: el brindar ayuda en salud, vivienda, vestuario, agropecuaria, de manera espontánea, voluntaria.
Honduras ha sido beneficiada con estos donativos, tanto por parte de naciones amigas: Estados Unidos, Taiwán, Japón, Holanda, Reino Unido y España, entre otras, especial pero no exclusivamente, cuando desastres naturales -cada vez más frecuentes- nos abaten.
También compatriotas, de distinta condición socioeconómica y educativa, crecientemente se incorporan, con su trabajo, aportes, donativos, para calorizar proyectos y solidarizarse con los más necesitados, aquellos que han sido tradicionalmente excluidos y marginados, los pobres de entre los pobres.
Por vía de ejemplo citemos las damas que colaboran con medicamentos, ropa y juguetes a los enfermos, adultos e infantes, del hospital Escuela, Materno Infantil, San Felipe; estudiantes de colegio y universidad que construyen casas bajo el programa Un Techo para mi País; que recolectan fondos para cirugías reconstructivas en Operación Sonrisa; los voluntarios de la Cruz Roja, el Cuerpo de Bomberos, los clubs Rotario, Leones, Cámara Junior; médicos y odontólogos que organizados en brigadas se desplazan a las áreas rurales para ofrecer gratuitamente sus servicios profesionales.
Estos son apenas algunos ejemplos, admirables y encomiables, de hondureños que sacrifican parte de su tiempo y recursos personales para compartir, sin esperar nada a cambio, o, cuando mucho, una señal de agradecimiento por parte del prójimo socorrido.
A todas y todos los que participan en voluntariados, Diario EL HERALDO reconoce sus esfuerzos por un mundo mejor, y a quienes aún no se deciden a dar algo de sí hacia los demás, los invita para que, a la brevedad, también digan presente.