¿Qué intereses representan los diputados del Congreso Nacional? Una vez más se demostró por parte de la cámara legislativa que los parlamentarios obedecen a grupos diferentes de los electores que los apoyaron para llegar a su butaca. Lamentablemente, los hondureños seguimos siendo víctimas de la clase política, quien toma decisiones 'sin importarme que se enojen todos los días', como lo dijo el propio presidente Porfirio Lobo. El tristemente célebre contrato de los 100 megas que recientemente se aprobó demuestra que en Honduras la representación popular no existe.
Cómo funcionan las cosas en Honduras: la única manera en que el Congreso y el Ejecutivo reconsideren sus decisiones y abran la participación ciudadana debidamente es cuando grupos radicales se toman escuelas y bulevares, ocasionan vandalismo y destrucción y amenazan seriamente la gobernabilidad del país. Recientemente, estudiantes y maestros pusieron de rodillas al gobierno en rechazo a la Ley General de Educación. Expeditamente, los presidentes del Ejecutivo y el Legislativo hicieron llamados al diálogo, retiraron el proyecto de ley del seno de la cámara y comenzó el proceso de nuevo con la participación de todos los sectores afines. ¿Por qué nos asustamos cuando nuestros jóvenes estudiantes optan por la huelga y la protesta con destrucción como medida de presión para cada una de sus demandas? Como es característico de la juventud, ellos han aprendido mucho más rápido que el resto de la sociedad cómo se mueven las cosas en el país y actúan correspondientemente.
El referido contrato tuvo una configuración magistral para su justificación. Como en las mejores partidas de ajedrez, la ENEE primero permitió que se llegara al punto de crisis en zonas rurales del país como ser occidente, Bajo Aguan y Olancho. No ocurrió en las zonas urbanas de Tegucigalpa y San Pedro Sula porque hubiera sido insostenible el reclamo popular.
Las explicaciones técnicas de estos cortes de energía han sido adjudicadas por los gremios técnicos a las deficiencias en las líneas de transmisión, no a una insuficiencia de generación. Pacientemente, las autoridades actuales dilataron la presentación de una solución a 20 meses de haber tomado posesión el gobierno, aun cuando los departamentos técnicos de la ENEE, que trascienden los ciclos electorales, tenían la respuesta desde el primer día del gobierno del humanismo cristiano. Finalmente, declararon el estado de emergencia para esta crisis en Consejo de Ministros. Esto abrió el camino para una adjudicación directa del contrato sin licitación. Presentaron el contrato contra viento y marea, y aun con la fuerte oposición que tiene del sector privado y de muchos otros sectores, usaron la aplanadora oficialista y lo aprobaron. Así se pegan botones.
Los valientes diputados que votaron en contra han expuesto debidamente las razones por las cuales no apoyaron el proyecto. Ningún diputado que votó a favor ha tenido la decencia de exponer sus argumentos sobre los múltiples cuestionamientos hechos al contrato. ¿Por qué 16 años de vigencia si es una solución a una crisis temporal? ¿Qué historial profesional y qué otros proyectos tiene la empresa seleccionada en su haber para garantizar que es la mejor opción para Honduras? Viene a la memoria el contrato adjudicado a una empresa de similar perfil que produciría energía con carbón, y que hasta la fecha sigue la espera, sin rendición de cuentas de nadie. ¿Qué precio se pagará? Mediocremente, el gerente de la ENEE responde a estos cuestionamientos acusando a sus opositores de ladrones de energía y de morosos, levantando humo para disimular su incapacidad de dar una respuesta contundente. Qué irrespeto a la inteligencia del hondureño.
Devuélvanme mi voto, señores y señoras diputados. Con mucha esperanza se los di, especialmente a los jóvenes, esperando que el cambio generacional arrastraría cambios conductuales. Pero han sido una decepción, sirviendo solo como músculo para los intereses de los intelectuales.