Honduras mantiene un gran empresariado parasitario que no creció con el libre comercio y que hasta la fecha pelea por dinero del Estado al igual que los maestros, enfermeras, sindicalistas, y burócratas en general.
Acomodados con los contratos del Estado, hasta los lecheros de Honduras viven del dinero del gobierno y hoy vemos como colapsan porque en vez de aprovechar la competitividad y traer divisas al país se convirtieron en empresarios del Estado.
Otro caso son los constructores que nunca ganan licitaciones internacionales o generan proyectos con capital privado, sino que buscan solamente cumplir sus expectativas con el presupuesto del Estado o el favor del político. Triste para muchos, pero eso ya se terminó.
Hoy las sociedades mercantiles y productos salvadoreños, costarricenses, nicaragüenses y costarricenses se ven en las ferreterías, supermercados y hasta traen sus bufetes corporativos mientras los pares hondureños viven quejándose al igual que los drogueros que no hayan cómo cumplir sus gastos porque sus sueños son propiedad del Estado.
Por favor dejen de hacer las cosas así y ábranse al mercado para ser productivos. En Honduras no se debe confundir el dinero con el Estado porque de ser así no saldremos ni con el mejor sistema socialista.