Opinión

Cuentos chinos

“Cuentos chinos” es el nombre de una obra de Andrés Openheimer que muestra un panorama de las relaciones de América Latina con China y el resto del mundo tecnológico y globalizado. El libro señala que desde hace décadas China lanzó una ofensiva mundial para posicionarse como la sucesora de Estados Unidos, cosa que no es imposible pero que está lejos de lograr.

China es la segunda economía mundial en base al fraude, a la piratería, al irrespeto absoluto al medio ambiente, a la imitación barata y a los productos de pésima calidad. Explica Openheimer en su libro que en ese país el capitalismo nació al margen de la ley, porque clandestinamente millones de chinos realizaban pequeñas actividades lucrativas que eran prohibidas, de ahí que la corrupción en sus actuaciones es la marca de origen chino. De acuerdo con los reportes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo, las empresas chinas son las que más pagan sobornos en el mundo.

China es una enorme máquina productiva en base a la explotación inmisericorde de su mano de obra barata, de la explotación de miles de niños que trabajan en las fábricas, de la prohibición a las huelgas y manifestaciones públicas. Es el país señalado por Naciones Unidas de violaciones sistemáticas a los derechos humanos. Responsable del sometimiento, la represión y el asesinato de líderes de la independentista región del Tíbet.

Desde hace años China ha desplegado toda una ofensiva mediática y monetaria en América Latina para arrebatarle socios políticos a su rival Taiwán y también para ganarle terreno a los norteamericanos, que ocupados en conflictos en todo el mundo le han dado la espalda a este continente. De acuerdo con Openheimer y muchos otros analistas internacionales, China es un peligro para las democracias latinoamericanas, pero a Lobo Sosa eso no le importa.

Honduras tiene relaciones comerciales con China continental y no pasa nada, porque el país no tiene la capacidad productiva de aprovechar ese inmenso mercado ni el de los demás países hacia donde exportamos, de ahí que el argumento comercial para abrir relaciones diplomáticas con China son puros cuentos.

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