“Eppur, si muove”, es la famosa frase, en italiano, atribuida a Galileo Galilei. “Y, sin embargo, se mueve”. La expresó, dicen, cuando, luego de un sonado juicio de los inquisidores de la Iglesia de Roma, lo obligaron a retractarse de su teoría heliocéntrica: la Tierra ya no era más el centro del Universo, como lo profesaban sus verdugos.
En 1633, Galileo fue conminado a confesar su “delito”, so pena de ser torturado hasta la muerte o enviado a la hoguera. El astrónomo, filósofo, físico, matemático, ingeniero y padre de la Teoría Heliocéntrica fue obligado a abjurar: o te echas para atrás con tus locuras de que los planetas no giran alrededor de la Tierra, sino que la cosa es al revés, le dijeron los inquisidores, o te quemamos vivo.
Y el hombre tuvo que retractarse. La Tierra, entonces, ya no giraba alrededor del sol, sino, que todos los planetas, incluido el sol, orbitaban alrededor de su “majestad”, la Tierra. Éramos el centro del universo.
A pesar de abjurar, el pobre Galileo fue sentenciado a cadena perpetua, pero el Papa, muy “indulgente”, le “conmutó” la pena por “arresto domiciliario de por vida”. Murió confinado, pobre y ciego en su villa de Florencia tan solo por decir la verdad.
En la historia humana hay infinidad de casos como el de Galileo. Científicos, filósofos, religiosos, escritores, periodistas, que han sido condenados a prisión –o al paredón- tan solo por decir la verdad.
Aristóteles, creador de la mayéutica, también quedó en la historia. Sus teorías le valieron muchos admiradores y discípulos, pero también detractores y enemigos. Así, por negarse a colaborar con el régimen de los “Treinta Tiranos”, fue condenado a muerte por “corromper a la juventud”. Contrario a Galileo, nunca se retractó y prefirió beber la cicuta. Y murió por defender la verdad y la justicia.
Y qué mejor ejemplo que aquel humilde carpintero de Galilea, que su único pecado fue predicar la verdad y la justicia entre los hombres.
La justicia muchas veces es injusticia y es injusticia cuando debe ser justicia. Y se inclina hacia los más poderosos y es implacable con los débiles.
*Periodista