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Un mar en Esquías

José David Cáceres ha publicado un fantástico ensayo sobre lo que varias escuelas geológicas del orbe conocen como Mar de Esquías. Y es que, según el autor, que se basa en estudios de autoridades, dicho mar “fue una porción de agua que cubrió por millones de años los hoy departamentos de Comayagua, Intibucá, Santa Bárbara, Yoro y Cortés”.

Aunque en Honduras son escasas sus fuentes documentales, tales datos de formaciones geológicas del istmo aparecen siempre en academias de paleontología y geología del mundo. Las primeras citas ocurren cuando Mils, Feray, Hugl y Swolfs publican “Honduras.

Estratigrafía de la Era Mesozoica” (1969) que innova el saber de la patria antigua (era de 230 a 65 millones de años y que comprende los períodos triásico, jurásico y cretácico), así como del proceso de formación de los estratos o capas de suelo en el país.

Esa obra expone mapas de hace millones de años y, en sus palabras, “al acabar el Cretácico (145 millones de años) sucedió una invasión (inundación) poco profunda del mar Caribe sobre la cuenca Ulúa, interrumpiendo la sedimentación de mantos rojos del Grupo Valle de Ángeles”.

Entre finales del Cretácico y el Eoceno (58 a 37 millones de años) se depositó en ese mar nada profundo una capa de 300 metros de espesor con lutitas negras (roca sedimentaria fina, integrada por detritos de arcilla y limo; el color negro debido a materia orgánica) y calizas fósiles.El mar “Esquías” irrumpió (entró) por Valle de Sula y de Aguán y no era continuo sino constituido por lagunas poco profundas de “grabens” (corteza terrestre) y sinclinales (pliegues de corteza).

Quien va a Cerro Los Tornillos, informa Cáceres en su web Minas de Oro, visite Minas de San Antonio o Cerro Caliche (La Libertad) encuentra a flor de tierra fósiles petrificados. Hallazgos arqueológicos que en los municipios del norte de Comayagua retratan suma variedad de animales acuáticos del mar extinto que fue el de Esquías, que ocupaba lo que es hoy la cuenca del Ulúa. Cubría secciones de Santa Bárbara, municipios entre Pito Solo y Chinda: Concepción Norte, Petoa, San Luis, Colinas. Naranjito, Atima, Nuevo Celilac, Arada, Santa Bárbara, San Vicente Centenario, Las Vegas, Concepción del Sur, El Níspero, Ceguaca, San Pedro Zacapa, San Francisco de Ojuera y Santa Rita; hay fósiles en Protección.

Igual el norte de Comayagua, confluencia de los ríos Humuya y Yure, incluyendo al municipio de Comayagua, El Rosario, San Jerónimo, Esquías, San Luís, Minas de Oro, San José del Potrero, Lajas, La Libertad, Meámbar, Trinidad, Ojos de Agua, Siguatepeque, Taulabé, San José de Comayagua, todos igual con fósiles.Quedaron inundados en Yoro los municipios del río Sulaco hasta “El Cajón”.

En Francisco Morazán el mar llegaba a El Porvenir y Marale; en Intibucá a Yoro norte y San Francisco Opalaca, San Isidro y Jesús de Otoro, donde se planifican las represas Llanitos y Jicatuyo. Era todo agua en Lempira, San Rafael, La Unión e Iguala, desde río Jicatuyo unido al de Otoro, para sumarse al Sulaco abajo de “El Cajón”, a alturas de Pimienta, para engrosar el peligroso Ulúa. Fueron suyos los municipios víctimas de Eta y Iota: Villanueva, San Manuel, Pimienta, La Lima, Choloma y Puerto Cortés.Maravillas del hallazgo científico moderno.